Se ha convertido en una de las canciones del año, y es que «Despacito», el tema de Luis Fonsi, es pegadizo a más no poder. Sin embargo, lo que podría parecer cuestión de azar y de talento del artista, parece que tiene un razonamiento detrás. La manera en que está compuesta la canción podría tener un gancho para que el cerebro no olvide su ritmo característico.

Según el productor musical Nahúm García, «Despacito» tiene un secreto, la manera de romper el ritmo justo antes del estribillo, en la parada que hace en des-pa-cito. Inmediatamente después de esta ruptura totalmente intencionada, el siguiente compás está fuera de tempo, por lo que funciona de una manera distinta a lo que estamos acostumbrados en la música más tradicional y comercial.

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Las personas que han analizado este fenómeno hablan de que algo así debe haber sido premeditado, con el objetivo de causar un efecto de originalidad y extrañeza en el oyente, y de ahí que se un ritmo tan pegadizo, independientemente de que conozcas la letra del estribillo o no. De hecho, se han hecho muchos vídeos con la canción como telón de fondo y suele ser habitual que la letra se modifique, puesto que lo verdaderamente engancha en la canción ese ritmo premeditadamente alterado del estribillo.

Ese truco técnico solo se utiliza en el primer «des-pa-cito», y prosigue siguiendo los cánones habituales de este tipo de canciones. Además de ese efecto pegadizo, consigue evitar ser aburrida cuando la escuchas hasta la saciedad, puesto que la anomalía rítmica mencionada afectada directamente a la sensación de novedad, ya que el cerebro interpreta como si la estuviera escuchando por primera. Sin duda, los creadores y productores han sabido cómo hacer de esta canción un auténtico hit, y prueba de ello es el éxito que sigue teniendo meses después de su salida al mercado.

En un mundo tan prefabricado como es el de la música comercial, de vez en cuando se agradece ver este tipo de maniobras para innovar en el efecto que tiene una canción sobre el oyente. Estamos acostumbrados a ver que las canciones se sirven de determinadas fórmulas y acordes que funcionan, ya que se comprueba el éxito de las canciones que los comparten, haciendo que el mercado musical sea mucho más previsible y enseguida se nota que no existe el talento y la originalidad de hace unas décadas.

Hay mucha gente que se declara hater de «Despacito», aunque en la intimidad la cante en el coche o en la ducha. De hecho, ha habido algunos vídeos destacando con humor el guilty pleasure que produce la canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee, un dúo estratosférico que han popularizado uno de los temas latinos más celebrados de los últimos años.