Las aplicaciones mĂłviles ya forman parte de nuestra vida. Por eso, podrĂamos decir que son buenas para la salud. Existen cada vez más, y mejores, que nos ayudan a todo tipo de cosas: a comer mejor, a andar más, a correr diariamente. Y más con la ayuda de los wearables, que ya controlan cada momento de nuestra vida.
Claro que podrĂamos vivir sin ellas. Pero por ejemplo, una de las aplicaciones más destacadas es «Runtastic», que la conocerán todos aquellos que hacen del «running» rutina diaria: calcula tu ruta, el tiempo promedio y muchas más cosas. Nos avisa cuando llevamos cifras clave (un kilĂłmetro, dos, o cinco por ejemplo), y podemos disfrutar de la mĂşsica de nuestro mĂłvil mientras corremos.
TambiĂ©n hay otras aplicaciones que vigilan el estado de nuestra salud. Por ejemplo, las hay para controlar el peso, conectadas por bluetooth a una báscula digital, y otras que, con la ayuda de pulseras, o relojes, sirven para controlar nuestras horas de sueño, y por tanto, mejorar la calidad de las horas que dormimos. Existen aplicaciones para ayudarnos a crear rutinas de ejercicios, en casa, o en exteriores, con vĂdeos explicativos. Y otras que nos ayudan a crear un menú que mejorará nuestra dieta.
Poco a poco nos estamos convirtiendo en datos: datos de las calorĂas que comemos, de las horas y la calidad de de nuestro sueño, datos que se convierten en gráficos… ¿Es esto bueno? Está claro que con las apps, de cualquier tipo, tenemos control plenos sobre los nĂşmeros que indican si estamos sanos o no, pero tal vez, podemos vivir un poco mejor si nos apartamos tambiĂ©n de las nuevas tecnologĂas.
Eso sĂ, si antes metĂamos en nuestra cartera una tarjeta de seguridad, con nuestros datos, nuestro tipo de sangre y nuestro nĂşmero de emergencia, ahora el mĂłvil, sin necesidad de aplicaciones, tambiĂ©n lo tiene. Solo hay que ir a un apartado de ficha mĂ©dica que rellenamos, y sin necesidad de cĂłdigo de seguridad, podrán ver nuestros datos. Y queramos o no, este tipo de cosas sĂ que pueden llegar a salvarnos la vida.