Quizás cuando pensamos en la limpieza de los oídos, lo primero que se nos viene a la cabeza para ello son los bastoncillos de oídos. Aunque siempre fueron uno de los básicos, ahora llega el momento de hablar de ellos pero no porque nos ayuden, sino todo lo contrario. Descubrirás por qué no se deben de usar estos bastoncillos.

Nos empeñamos en limpiar la cera de los oídos pero de una manera que no parece la más correcta. Bien es cierto que se puede ir retirando, pero siempre de otras formas o en manos de los expertos. Aún así, no te vamos a dejar con la duda y por ello, vas a comprobar cómo los bastoncillos de oídos no son tus mejores aliados.

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Por qué no se deben usar los bastoncillos de oídos

Como regla general sabemos que los bastoncillos son para retirar la cera. Pero para llegar a ella, tenemos que introducirlos en el oído. Algo que, aparentemente es lo más normal y habitual. Pero hay que pensar que con solo este gesto, ya estaremos introduciendo la cera un poco más hacia dentro. Sí, parece ser que se puede empujar hacia dentro en lugar de salir de forma más sencilla.

De este modo lo que sucede es la acumulación de la misma será mucha más. Algo que puede llegar a dañar la cara interna de nuestro oído. Así que, pueden ser bastante perjudiciales para la salud auditiva. Aunque se le llamen bastoncillos para los oídos, también tienen otros usos. Puedes limpiar pequeños rincones con ellos o bien, usarlos en pequeñas heridas pero siempre externas. De este modo, evitaremos problemas como el mencionado.

Eliminar la cera de los oídos

La cera o cerumen que se va acumulando es la que se encarga de cuidar el interior de cada oído. Se puede eliminar de una manera natural, aunque sí es cierto que existen ciertas gotas, tratamientos o incluso el aceite de oliva que nos ayudan a que la cera de oídos se vaya ablandando. Pero claro está que todo ello siempre es mejor que lo revise el médico. Solo él dirá cuáles son los pasos a seguir para un buen cuidado.

Cuando no hacemos un buen uso de estos productos, las consecuencias pueden ser bastante nefastas. Si dañamos el oído podemos comenzar a sentir mareos o ciertos problemas de equilibrio, así como la pérdida auditiva. No hay que obsesionarse con la limpieza de los oídos. La cera está por un motivo concreto que es el cuidar y protegerlos. Se dice que la gran mayoría de las ocasiones, se suelen limpiar de manera involuntaria. A la hora de masticar o bien, al mover ligeramente la mandíbula la cera suele ser expulsada hacia fuera.