Hay diferentes formas de reciclar la basura orgánica pero la más conocida es mediante el proceso de compost, que es un tipo de abono orgánico.

El compost convierte los desechos orgánicos generados en tu hogar, como ser los desechos de frutas y verduras, cáscaras de huevos, restos de poda, etc, en un abono que permite mejorar la tierra de tu jardín.

Para generar el compost debemos comprar un compostador prefabricado (hay de diferentes tamaños) que impida la liberación de malos olores, la procreación de insectos y además, absorba el exceso de humedad.

En el fondo se coloca aserrín, y sobre este una capa de desechos orgánicos (si están muy secos, humedecer). Luego otra capa de aserrín y desechos y, así sucesivamente, quedando siempre arriba el aserrín.

Cada tercer día debe airearse, para liberar los gases, y para brindar oxígeno al sistema. Si presenta mal olor, agregar más aserrín.

Entre los 60 y 90 días, los desechos orgánicos se convertirán en compost y se evidencia cuando el producto se observa homogéneo (café oscuro y desmenuzado). A los dos meses, conviene cenirlo.

A partir de este momento, se puede utilizar este producto como abono ya que contiene muchos nutrientes que permitirá un desarrollo favorable a todas las plantas de su jardín.