Reciclar agua de lluvia. Nada se pierde, todo se transforma. Éste bien podría ser uno de los lemas de la ecología, cuya práctica más común es el reciclaje. Puede ser de papel y cartón, de ropa, botellas de plástico y hasta del agua.

Se sabe, el agua es uno de los elementos más preciados de fines del siglo pasado y éste. Según la ONU, hay más de 2.600 millones de personas que no poseen instalaciones sanitarias adecuadas. Además, esta organización asegura que sólo 0,26% del total del agua es apta para consumo humano.

Por eso, aprender a recolectar la de lluvia es un paso muy importante a favor del planeta. Mientras en el pasado se hacía esta práctica en zonas rurales (debido a la falta de servicios sanitarios y de conductos acuíferos), hoy se da en las ciudades.

Algunos países, como Alemania y Suiza, utilizan sistemas de recolección de lluvia para conservar el agua; de hecho, los alemanes subvencionan la instalación de éstos tanto en industrias como en los hogares. Incluso, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente habla de la importancia de captar, almacenar y utilizar el agua de lluvia.

El agua de lluvia, aunque no sea potable (dulce), sí es apta para uso doméstico: para la limpieza en general –como lavar la vajilla, la ropa, el auto, etc.- y regar. Todas acciones en las cuales se consume (derrocha) mucha cantidad de agua.

¿Cómo recolectarla? Además de poder quedar en depósitos y aljibes, de donde recogerla, también se pueden colocar recipientes, como botellas de plástico cortadas por la mitad, a las que se les puede colocar encima un tul (o media sombre) para que sirva de filtro. Los filtros son importantes para eliminar el polvo y otras impurezas que trae el agua.

Además, existen de depósitos plásticos acondicionados de forma especial para contener agua y tanques metálicos, que pueden ir enterrados.

¿Qué esperas para reciclar el agua de lluvia? La próxima lluvia estate atento y recolecta tu propia agua para consumo diario.