La sequía y los desastres naturales. La Tierra está viva, reacciona, padece e intenta adaptarse a los cambios, como cualquier organismo.

Desde el comienzo de la era industrial, el hombre ha estado contaminando el medio ambiente. Si bien al principio parecía no tener consciencia de las consecuencias, hoy se sabe que la actividad humana está afectando seriamente a la naturaleza y sus fenómenos.

Se reconoce ya, que la sequía que están padeciendo muchas zonas del planeta se debe al calentamiento global. El aumento de las temperaturas es una consecuencia del incremento del efecto invernadero, las fuentes de agua disminuyen, ya que las precipitaciones no aumentan proporcionalmente a la la mayor evaporación que se está dando.

La deforestación influye de forma importante en este cambio, la tierra desnuda no puede retener el agua, y las lluvias disminuyen ante la falta de transpiración de los árboles. Los microclimas que favorecían las lluvias han estado desapareciendo.

Por otro lado, algunas partes del mundo sufren inundaciones, debido a fuertes precipitaciones abruptas que no dan tiempo a tomar las medidas necesarias para salvar vidas o bienes. También estos fenómenos son potenciados por el cambio climático.

El resto de desastres naturales, como los terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tornados, también parece haberse incrementado. Algunos de estos fenómenos comienzan a ocurrir en zonas donde antes no existían, haciendo que las personas, animales y ecosistemas en general sufran serios daños,  de los cuales muchas veces resulta difícil recuperarse.

El clima está cambiando, y al parecer la tierra intenta adaptarse intentando volver al equilibrio perdido. Las consecuencias del cambio climático no se conocen con certeza, debido a que son demasiados factores interactuando, son muchos parámetros a tener en cuenta, y cada día se descubren nuevas causas y efectos que modifican las predicciones.