Los seres humanos nos pasamos la vida entera pretendiendo vivir durante más tiempo, inventando cosas para alargar la vida y explorando nuevos horizontes para poder cumplir con este objetivo. Sin embargo, a pesar de todos los avances que la ciencia ha realizado en las últimas décadas, una de las cosas contra las que no podemos luchar y que no podemos evitar es el paso del tiempo.
Esto es latente en todos los ámbitos de nuestra vida, cuando vamos creciendo, envejeciendo y madurando con el paso del tiempo y de los años. Pero si hay un aspecto en el que podemos notar este paso de los años es en el envejecimiento facial de la piel de nuestra cara.
A pesar de que como decimos el paso del tiempo y sus consecuencias son inevitables, también tenemos que recordar que actualmente existen una serie de mecanismos y tratamientos de diferente tipo que nos ayudan a retrasar lo máximo posible este envejecimiento facial. Hay personas en los que este paso del tiempo se muestra en la piel de forma más significativa que en otras ya que en ello influyen diversos factores como la forma de vida, el estrés, el cansancio y un largo etc.
Sin duda, el mayor factor influyente en el envejecimiento facial es sin duda y como ya hemos el paso del tiempo, y es que es inevitable que en mayor o menor medida cuando llegamos a cierta edad y en ciertas etapas de nuestra vida comienzan a aparecernos las primeras arrugas, patas de gallo y arrugas de expresión en nuestra cara. Otro de los factores que influyen en este sentido son los rayos del sol.
Muchos de nosotros tenemos la falsa creencia de que los rayos solares solo son dañinos durante el verano cuando nos exponemos a é en la playa o la piscina, pero nos equivocamos. Y es que durante todos los días del año los rayos solares influyen en nuestra piel y por lo tanto en nuestro envejecimiento facial, por lo que debemos mantener la piel de nuestra cara cuidada con cremas hidratantes y protectores solares durante todo el año.
Recuerda que dormir lo suficiente y procurar tener horas de sueño reparador, ya que no es tan importante la cantidad sino más bien la calidad. Y se recomienda que para dormir, no lo hagamos de costado o boca abajo, ya que la fricción de la cara contra la almohada puede provocar arrugas.
