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En sólo 10 años de carrera llegó a pintar 900 cuadros (27 de ellos autorretratos); 1.600 dibujos y escribió 800 cartas, 650 de ellas a su hermano Theo. Sus cuadros destellan amarillos y azules furiosos.

Claro que hablamos de Vicent Van Gogh, el pintor holandés más importante del post impresionismo. Hijo de un humilde pastor, Van Gogh cultivó durante muchos años una ferviente fe en la religión.

Recién a los 37 años comenzó a pintar sistemáticamente, logrando el trazo nervioso, sinuoso e inquietante que plasmaría en sus obras.

Preso en un infierno personal, Van Gogh volcó toda su pulsión de vida en una obra pictórica que después de muerto le daría el reconocimiento merecido. «En cuanto a mí, tengo inquieta mi mente a menudo, porque pienso que mi vida no ha sido lo bastante tranquila; todas esas amargas decepciones, adversidades, cambios, evitan que me desarrolle completa y naturalmente en mi carrera artística«, serían algunas de sus reflexiones.
En 1886 se mudó a París, para vivir junto a su hermano Theo , quien sería el soporte más fuerte de su vida. Allí en Montmartre comenzaría a a codearse con los artistas de la época: Émile Bernard y Toulouse-Lautrec.

El cuadro más popular del autor es uno de sus tantos autorretratos, en donde se puede adivar la oreja cortada. El mismo surgió luego de una pelea con su amigo Paul Gauguin, con quien pasó una temporada en Arlés, sur de Francia. Cuenta la historia que luego de un altercado entre los dos pintores, Van Gogh entró en una crisis nerviosa que derivó en el corte de su oreja, ofreciéndola como regalo a Gauguin, quien la rechazó, acrecentando la crisis de Vincent.

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Es innegable la influencia de Van Gogh en las vanguardias del expresionismo, el fauvismo y el abstraccionismo. Tanto fue así que Piet Mondrian, uno de los autores del abstraccionismo geométrico, basó sus pinturas de paisajes y motivos religiosos en los trazos fulgurantes de «Noche con estrellas«.

Agobiado por sus demonios, pero más productivo que nunca, Van Gogh dejó Arlés en 1889, confinándose voluntariamente en un hospital psiquiátrico, donde pudo recuperar algo de clama.

Conocido es el libro «Cartas a Theo«, en el cual el pintor narra muchas de sus obsesiones, sentimientos y pensamientos acerca de su hisotria personal y su lugar como artista.

La historia cuenta que una noche de 1890 Van Gogh tomó su atril, sus pinturas y salió a pintar al campo. Allí, en la inmensidad oscura, sacó un révolver y se disparó en el pecho. A tientas volvió a la posada donde se hospedaba. Luego de recibir atención médica, con la bala en el pecho y en los brazos de su hermano, Vicent Van Gogh murió.

En Asmterdam está el Museo Van Gogh, en que se puede ver gran parte de su obra. Algunos de sus cuadros se encuentran entre las pinturas más caras del mundo. «Lirios» fue vendida por un valor récord de 53,9 millones de dólares; mientras que el «Retrato del Doctor Gachet» alcanzó los 82,5 millones.