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La biografía de este día está dedicada al artista más cuestionado del momento, Guillermo Vargas, más conocido por su apodo Habacuc. Nace en San José, Costa Rica el 18 de septiembre de 1975 y en la actualidad vive y trabaja en Cartago.

Sin sentir afección sobre ningún artista, aunque sí por varias obras, Habacuc define su obra sin tomar una idea específica, más bien «se basa a partir de un conjunto de preocupaciones y tensiones entre varias ideas«, como menciona el propio artista en las entrevistas realizadas.

Sus obras son una mezcla de fotografĂ­a, vĂ­deo, pintura, mĂşsica y otros elementos, los cuales le permiten crear instalaciones variadas, en las cuales casi siempre opta por una mirada crĂ­tica hacia las instituciones.

Su interés principal parte por revisar las figuras del artista y todos quienes participan en el arte, como los galeristas, coleccionistas, etc. Por supuesto no solo critica esta institución, sino principalmente el plano social y el plano político.

Debemos partir desde este punto para analizar la obra de Habacuc, donde sobresale sin dudas su última y más controversial trabajo, denominada Exposición Nº1, al ser su primera muestra individual.

La creaciĂłn de esta obra (segĂşn el propio artista), parte de la muerte de un indigente nicaragĂĽense en la Provincia de Cartago en Costa Rica, por parte de dos perros Rotweiller, ante la atenta mirada de policĂ­as y bomberos locales que no cumplieron con su tarea de salvarlo de los voraces canes.

Los medios de comunicación y los presentes allí, tampoco realizaron nada al respecto, siendo todos simples espectadores del suceso. Este hecho es el punto de inspiración para Habacuc de realizar la obra «eres lo que lees«, donde un perro callejero, llamado Natividad (al igual que el inmigrante) se encontraba atado sin comida ni bebida, simplemente esperando su muerte.

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Natividad en la «Exposición Nº1»

Este acontecimiento despertó la alarma mundial y así el artista confirmó sospechas que tenía antes de comenzar su obra. Las mismas eran «generar en el espectador diferentes reacciones, que nos dieran cuenta de nuestra condición humana«. Lo que más le llamó la atención al autor sobre las reacciones del público fueron «la obediencia a las reglas sociales: de lo que se debe hacer en una Galería y de lo políticamente correcto«.

En esta obra se puede aducir que Habacuc intentó crear conciencia social a partir de su exposición, demostrando que lo que pasó el perro callejero en la Galería, también lo padeció el indigente, siendo ambos el «espectáculo» que las personas veían, sin hacer nada.

Asimismo destaca el papel que juegan los medios de comunicación, ya que esta exposición fue realizada en agosto del pasado año y aún se maneja internacionalmente. Muchas versiones aclaran que Habacuc alimentaba al perro pero que era inevitable que muriera debido a su estado, pero el artista, jamás ha declarado nada al respecto, aduciendo que no es un tema relevante a debatir.

En estos momentos, Habacuc se encuentra trabajando para la próxima Bienal Centroamericana, aunque no dice que presentará en la misma.

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