Homero hablo de esta foca en la literatura griega hace 2800 años, una de sus leyendas relata que Ulises tubo que cubrirse con la piel de éste animal y camuflarse junto a su manada, pudiendo ingresar en los dominios de Proteo.

Por aquel tiempo la Foca Monje poblaba numerosamente el Mediterráneo, llegando incluso a abarcar mares del medio mundo.

Hábitat:

Los principales, asentados en el Caribe, Hawai, Mediterráneo y las costas africanas del Atlántico. Colón a su llegada al Nuevo Mundo mencionó a la subespecie caribeña «Monachus Tropicalis», que luego pasó a considerarse ya extinguida a partir del año 1952.

Distribución de la Foca Monje en el Mediterráneo

Población:

Actualmente la población de la Foca Monje o Foca Fraile, asciende en Hawai a 1500 ejemplares, en el Mediterráneo quedan poco menos de un millar, y en las costas africanas del Atlántico (Mauritania y Madeira) logra algo de 100 ejemplares.

La Foca Monje también conocida como Lobo de Mar, tuvo la oportunidad de sobrevivir, gracias a la lenta colonización de los recién llegados occidentales, por esto, la vida natural logró la posibilidad de no desaparecer de todo el planeta (extinción).

La Foca Monje del Mediterráneo en España:

En Cabo de Gata (Almería) y en el Archipiélago Balear, hasta la década de los sesenta, se podían encontrar algunos ejemplares de la Foca Monje, pero llegados los años noventa cambió radicalmente, pues solamente las islas Chafarinas eran habitadas por un espécimen de nombre «Peluso«.

Las costas desde Almería hasta Alicante gozaban hasta los años sesenta de una población aceptable de Focas Monje, sin embargo se suelen hallar ejemplares jóvenes, probablemente provenientes de Marruecos y Argelia. A mediados de 1990 se hallaron muchos ejemplares muertos, posiblemente afectados por la Epizootias (enfermedad contagiosa), que también silenció la vida de muchos delfines.

La comercialización de su piel, fue la cruz que hizo que muchos hombres iniciaran su persecución sangrienta, llevando a la Foca Monje al filo de la extinción, siendo en 1922 el año que se capturó a la última foca en Mallorca, hasta los oscuros años sesenta que desapareció del archipiélago.

Actualmente, se pueden avistar algunas Focas Monje, pero a pesar de que los hombres son consientes de su reducido número, se les intenta capturar. Estos animales podrían proceder de Mauritania – República Arabe Saharaui Democrática.

No dejemos que la esperanza de una colonia creciente de Focas Monje se nos vaya otra vez por las manos. El gobierno debe preocuparse por todos los habitantes de España, debemos darnos cuenta que no sólo el territorio lo componen los seres humanos, sino una diversidad de especies (humanos y no humanos), que deben aprender a coexistir respetando los espacios y la vida.