Todos conocemos la serie de animación, Los Simpsons. Matt Goening lanzaba una divertida idea allá por el año 1989, sin saber que sería todo un gran éxito. Han pasado ya muchos años y muchas temporadas al lado de una de las familias más divertidas de la televisión. Claro que ellos también tienen su parte más sensible.
Porque en unos dibujos animados como éstos, no siempre van a estar presentes las mejores sonrisas. También los momentos emotivos tienen cabida en ellos. Es por ello, que hoy nos vamos a poner un poco melancólicos para recordar esos momentos que nos han encogido el corazón. ¿Estás preparado?.
Todos sabemos que Homer tiene una gran debilidad. La comida, al mismo tiempo que la cerveza, son dos cosas imprescindibles en su vida. No importa lo que sea, él siempre se atreve con todo. Es por ello que una noche que salen, decide probar algo nuevo en su dieta.
Se dirigen al restaurante japonés que lleva por nombre, «El Sumo Feliz». Allí, después de mirar un rato la carta pide Fugu. Claro que antes de comer este pescado, que puede resultar venenoso, le dan algunas explicaciones. Aún así y haciendo gala de su tozudez, Homer quiere probar el pescado.
Este tipo de plato tan solo pueden elaborarlos chefs que han sido minuciosamente enseñados para ello. Bien es cierto que el Fugu puede ser mortalmente venenoso. Homer sabe que le queda poco tiempo y hace una lista con tareas para realizar. A la mañana siguiente Marge cree que está muerto y llora desconsoladamente, hasta que se da cuenta de que solamente está dormido.
