Clint Eastwood busca más allá de la vida. ¿Qué es lo que hay más allá de nuestros sentidos y que aún desconocemos; o mejor, qué es lo que ocurre después de la vida? Es difícil ofrecer una respuesta certera; sin embargo, Clint Eastwood hace lo imposible una vez más por conmocionarnos con un tema de roza el límite de la existencia humana.

Más allá de la vida es la última entrega cinematográfica de Clint Eastwood como director. En la cinta, Marie Lelay, interpretada por la actriz Cécile de France, es una periodista de la televisión francesa que estando de misión en Tailandia se salva del devastador tsunami que asoló el sureste de Asia en año 2004 y a su vez, está empeñada en escribir un libro sobre el tema de la muerte y su trascendencia después de haber vivido aquel suceso.

Al otro lado de la geografía, dos gemelos de doce años, Marcus y Jason, interpretados por Frankie y George McLaren, luchan contra la adicción alcohólica de su madre. En su empreño Jason muere, de modo que su protegido Marcus se queda sólo y es internado en un hogar de crianza del que luego escapa para buscar un reencuentro con el espíritu de su hermano fallecido.

Por último, el tercer personaje es un obrero que vive en San Francisco, George Lonnegan (Matt Damon), tiene que volver al mundo de la parasicología en contra de su voluntad y así establecer ciertos tipos de comunicaciones paranormales. Los tres se encuentran un día en Londres y por cosas del azar, sus vidas quedan entrelazadas.

He aquí el argumento de Más allá de la vida, última película de Clint Eastwood que tiene el guión firmado por Peter Morgan (The Queen, Frost contra Nixon), y que le sirve a Clint Eastwood de pretexto para adentrarse otra vez en el complejo universo de la existencia humana. No obstante, esta vez el experimento queda sólo en la intención de hacer una película trascendental pero que, la verdad, se reduce sólo a unos cuantos efectos emocionales sin llegar a la exquisitez artística que en otras oportunidades hemos podido disfrutar.