Puede que la palabra pareidolia no te suene de nada, pero seguro que el concepto te es familiar. El término deriva de las palabras griegas para, que significa equivocado, y eidōlon, que es imagen o forma. La pareidolia consiste en ver patrones o imágenes en objetos o lugares que a priori nada tienen que ver.

Uno de los primeros y más controvertidos casos de pareidolia podría considerarse la sábana santa con la que, presuntamente, se habría envuelto a Jesucristo después de la crucifixión. Aunque ya haya científicos que aseguren que data del siglo XIV, sigue habiendo mucha gente, creyentes devotos, que ven en ese objeto la cara de Jesús de Nazaret, a partir de la silueta que se dibuja. De hecho, la cara de Jesucristo también se ha visto reflejada en lugares tan aleatorios como una tostado de pan o un cheeto.

La razón por la que sucede la pareidolia no queda clara, puesto que son diversas las teorías que se utilizan para argumentar este fenómeno. Los expertos afirman que el cerebro se rige por una serie de condicionantes psicológicos que de alguna manera te predisponen a ver lo que en realidad no está ahí. Un ejemplo muy claro es el de los ovnis. La ufología tuvo un tremendo auge durante una época, y cuando más de moda estaba, más «avistamientos» se produjeron. Probablemente, la fiebre por este fenómeno incitaba, de manera subliminal, a creer que se estaban presenciando sucesos paranormales.

Pareidolia POST

Otros elementos que se han visto sujetos a la pareidolia a lo largo de la historia podrían ser el monstruo del Lago Ness, Elvis Presley una vez muerto u oír mensajes encriptados cuando se escucha un audo al revés.

Este fenómeno tiene una larga trayectoria en el tiempo y ya Leonardo Da Vinci escribía sobre ello. Pero más bien se trataba de un recurso artístico, pues recomendaba mirar alrededor y fijarse en detalles concretos para luego visualizarlos de manera más clara sobre el lienzo blanco. De hecho, el cerebro y la vista están tan bien conectados que no hay más que mirar una luz directamente durante medio minuto y luego cerrar los ojos. De alguna manera, esa imagen se queda impresa en nuestra retina y la vemos reproducida en la oscuridad.

También es cierto que algunos casos de pareidolia tienen lugar bajo los efectos del consumo de alguna droga, de manera se suele poner en entredicho la veracidad de los testimonios cuando se menciona la presencia de elementos extraños. Una de las expresiones artísticas de la pareidolia la podemos ver en las calles, cuando elementos urbanos son alterados para hacer «real» un objeto inanimado. En definitiva, es una manera creativa de gestionar lo que podría ser una especie de trastorno mental.