Sabemos lo desesperante que puede llegar a ser un gato en  celo, si bien las gatas son más difíciles de llevar que los gatos, estos últimos tampoco se quedan cortos. Si has tenido una gata en celo habrás notado lo insistentes que pueden ser sus maullidos, en especial cuando duermes. Además habrás visto como se soba con todo lo que pilla y habrás visto también cómo te pone ojitos.

Si lo que has tenido es un gato en celo puede que no hayas oido tantos maullidos pero sí que hayas olido, con todas las de la ley, las pruebas de su estado. Va dejando muestras de pis por toda la casa y no es lo que se dice un olor a pino. Aunque no lo creamos los gatos sufren cuando están en celo.

Por esto es tan importante la esterilización. Ante la pregunta que muchos hacen sobre qué hacer ante estas situaciones, podemos decir que salvo esterilizarles de forma determinante o temporal, poca cosa se puede hacer. El celo es un comportamiento totalmente normal en nuestros gatos, es parte de su biología y a menos que los liberemos de ella, tendrán que seguir sufriéndola.

Quizás podamos aconsejar algunas cosas para paliar estos efectos más solo serán ayudas temporales que no garantizan un 100% de efectividad. Para las gatas lo mejor es darles juego e intentar entretenerlas y, si es posible, evitar que duerman de día para que así descansen de noche. Para los gatos es mejor usar sprays reeducadores para evitar que orinen en determinados puntos de la casa. Aunque sin duda,  la esterilización es lo más efectivo.