A veces nos entra esa duda existencial: ¿qué ocurre después de la muerte? No sabemos si existe el cielo y el infierno, y a muchos no nos afecta. Pero la verdad es que a muchos no les importa. Igual lo que nos tiene que importar es lo que ocurre con nuestro cuerpo una vez morimos. Es un proceso bastante desagradable, pero que nos resolverá muchas dudas del cuerpo humano.

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Así, nada más morir, es decir, cuando ya no hay actividad cerebral, nuestros músculos se relajan, y por tanto, nuestra vejiga, y y los intestinos se vacía. La temperatura del cuerpo disminuye, y en algunos casos, los hombres tienen una erección, aunque esto no ocurre siempre. Es a la medi ahora, cuando nuestro cuerpo va cambiando de color, y avanza hacia el color púrpura, o azul, sobre todo enl as extremidades, porque la sangre no llega ahí, puesto que  el corazón no bombea ya la sangre. Lo de los ojos es peor, porque comienzan a hundirse en el cráneo, causando una gran impresión. 

Cuando el cuerpo leva ya tres o cuatro horas sin vida, empieza e extenderse el rigor mortis, aunque se puede vencer, si aplicamos cierta fuerza. Eso sí, cuando el rigor mortis se haya extendido por todo el cuerpo, más o menos a las 24 horas, no se puede cambiar de postura, sin romper los tejidos. Este estado, que es más bien químico, comienza a desaparecer a los dos  días, y a partir de ahí comienza la putrefacción, donde el olor es una realidad.

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Los rasgos de la cara se transforman, porque la piel ya no da de sí. Las uñas y el cabello se caen, y la piel puede dejar a la vista el músculo. Dependiendo del clima, es posible que en un mes, solo queden los huesos a la vista. Esto sería lo único que quedaría de nosotros.