gato vater

O FUS, como suele llamarse en inglés. Son las famosas arenillas que pueden cobrarse la vida de nuestro gato en custión de días. Se trata de una enfermedad que se convierte en emergencia veterinaria en el momento en que el gato deja de orinar, y afecta más a los machos que a las hembras. En esta primera parte conoceremos a la enfermedad y cómo darnos cuenta cuando nuestro gato la padece. Más adelante veremos las medidas a tomar.

En realidad el FUS no es una enfermedad sino un síndrome, ya que abarca varias enfermedades del aparato urinario inferior de los felinos, que causa irritación de la mucosa que recubre el interior de la vejiga y la uretra, provocando los diferentes signos clínicos que vemos en el gato (dificultad para orinar y presencia de sangre en la orina, y en los casos más graves no orinan nada). Es posible que vomiten también una espuma clara.

Algunos alimentos balanceados, especialmente los de mala calidad, pueden alterar el ph de la orina, y favorecer que algunos minerales que normalmente van disueltos, cristalicen y den esos urolitos. Debemos sospechar que un gato padece la enfermedad cuando tiene dificultad para orinar, intenta orinar más de lo normal y/o la orina contiene sangre.

Los gatos obstruidos morirán si el flujo de orina no se normaliza dentro de los 2 a 4 días siguientes a producirse la obstrucción total. Esto se debe a que produce una insuficiencia renal aguda, que hace que los riñones dejen de filtrar, se acumulen tóxicos en sangre , que producen trastornos cardiacos, metabólicos, neurológicos, conduciendo a la muerte por shock.