A veces, llegamos a hacer cosas que preferiríamos olvidar. Cuando somos impulsivos, o no lo somos lo suficiente, nos gustaría cambiar nuestra forma de ser. E incluso hay ocasiones en las que hacemos algo tan estúpido, que intentamos borrarlo de nuestra memoria. Pero… ¿Es posible esto? ¿Es posible cambiar nuestro cerebro para que no recuerde cosas, de forma selectiva? Es decir, ¿hay alguna forma de bloquear recuerdos?

En principio, podríamos creer que no. Pero nuestro cerebro funciona de manera curiosa, y hay algunos recuerdos que son demasiado dolorosos, y eso llega a cambiar nuestra personalidad y nuestra razón de ser. Vamos, que no somos los mismos desde un evento en concreto. Ya sea que hemos perdido un trabajo, un familiar, o una tragedia de cualquier índole. Son sucesos que cambian nuestra vida, y a los que tenemos que adaptarnos, de forma inevitable.

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Es por eso que nos puede llegar a sorprender saber que, el cerebro tiene mecanismos, para al menos, intentar bloquear los recuerdos. Los recuerdos siguen estando ahí, claro está. Pero según un estudio de la Universidad de Cambridge, nuestro cerebro puede llegar a inhibir el hipocampo. Esto se hace para que no funcione correctamente esa parte del cuerpo, con un recuerdo en concreto.

Es algo similar a cuando nos quedamos en blanco en un examen. Sabemos que la información está ahí, en alguna parte de nuestro cerebro. Pero debido al estrés y a la presión, nuestro cerebro decide no trabajar hasta considerar que se ha pasado el peligro. Sí, es algo malo, pero nuestro cerebro no atiende a ese tipo de razones: Solo siente la presión y el estrés.

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Métodos para bloquear recuerdos

El mismo estudio de la Universidad de Cambridge aporta otro dato interesante: que algunas personas reemplazan los recuerdos, en vez de bloquear recuerdos. Es decir, en vez de pensar en algo traumático, piensan en otra cosa, haciendo un enlace. Es como aquello que se dice de «fíngelo hasta que te lo creas». Vamos, lo que habitualmente se llama «creerse su propia mentira». Sí, hay personas que llegan a creerse su propia mentira. No hasta un punto enfermizo, pero sí como un mecanismo de autodefensa.

Nuestro propio cerebro intenta cuidarse, claro. Es por eso, que emplea diversas técnicas para bloquear recuerdos. Porque los recuerdos pueden hacernos muchísimo daño. Igual no hemos hecho algo mal nosotros. Igual es porque nos han hecho algo malo. O porque lo hemos pasado mal. Pero al menos consuela saber un poco de esto. Que aunque el recuerdo sigue ahí, hay alguna forma de bloquear recuerdos. Porque de repente, aprendemos que es mejor no recordar ciertas cosas.