Muchas veces hemos escuchado este refrán de que «La primavera, la sangre altera». Y en el momento menos pensado, nos hemos dado cuenta de que es totalmente cierto. Notamos cómo tenemos la necesidad de estar más tiempo con nuestra pareja, y si no la tenemos, la frecuencia de actos onanistas suelen aumentar. No se trata (únicamente) de aburrimiento, o de que estamos muy hormonales. La respuesta está en la química.

Los refranes tienen un bagaje que, aunque no es científico, sí que suelen tener cierta base de veracidad. Entonces, resulta que en primavera, nuestro cuerpo libera una dosis mayor de dopamina, oxitocina, adrenalina, serotonina y feromonas. Esto se produce porque el cambio de temperatura lo favorece. Hace más calor, y sobre todo, hay más luz, lo que hace que nuestro cuerpo se desajuste un poco, provocando estos cambios.

pareja besandose con flores

También hay cierta base estética: en primavera es cuando se da el gran cambio de ropa. Y pasamos de abrigos, y los cambiamos por chaquetas. Las faldas se hacen más ligeras y las camisetas más finas. Se suele marcar más el cuerpo, favoreciendo que nos fijemos en la vestimenta y en el cuerpo de la otra persona. Es como si la naturaleza nos avisara de que es época de buscar pareja.

Las hormonas que vamos liberando son las responsables de que seamos un pelín más felices en primavera. Las feromonas son bastante conocidas, y son aquellas encargadas de la atracción, por lo que si emitimos muchas más, seremos, químicamente, más atractivos para otras personas. La dopamina también es interesante, porque es aquella que liberamos para el placer y para la motivación. Esto se traduce en que es posible que nos sintamos más motivados con nuestro trabajo o nuestros proyectos.

parejaflores

También solemos liberar más serotonina, que es la encargada del estado de ánimo. Una persona a la que le falta serotonina, o con niveles inestables de esta hormona puede tener un trastorno mental como la depresión o la bipolaridad. En esta estación del año, la serotonina se produce mucho más, como también ocurre con la oxitocina.

Esto último es interesante, porque se conoce la oxitocina como la hormona del amor. Lo que hace esta hormona es estimular el cerebro, haciendo ver a nuestra pareja como mucho más atractiva. Se llama la hormona del amor, porque favorece la unión de las parejas, fortaleciendo los lazos, y por tanto, ayudando a la fidelidad, que es lo que nos diferencia del resto de mamíferos. Así que la próxima vez que te digan «La primavera, la sangre altera», ya sabrás por qué.