Si ya pensabas que tenías suficiente con uno, ahora te diremos que puede que tengas dos. Hoy vamos a descubrir eso que se dice de que el intestino es nuestro segundo cerebro. Algo que puede sonar un tanto raro y no es para menos. Pero seguro que rápidamente entenderás el porqué de todo ello.

Ya hace más de 4000 años que los egipcios creían que uno de los lugares principales estaba en las entrañas. Más que nada porque sabían que de allí provenían las intensas emociones que le sucedían al cuerpo humano. Se decía que el estómago era la desembocadura del corazón, lo que también allí irían a parar todos los sentimientos.

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El intestino es nuestro segundo cerebro

Como bien decimos, ya los egipcios comenzaron a darle vueltas al asunto. Tanto el corazón como el intestino estaban muy conectados. Lo que hacía que todo aquello en forma de emociones, también se sintiera en la parte inferior de nuestro cuerpo. A partir de esta idea, se comenzó a indagar un poco más en el hecho de que la parte del intestino también diera rienda suelta a sus emociones.

Llegando a la conclusión de que podría sentir las emociones. Para todos aquellos que no se lo crean, se dice que el intestino es nuestro segundo cerebro, porque parece que también tiene una vida muy especial. Cuando te dan una gran alegría, sientes como una especie de cosquilleo en esta parte de tu cuerpo. También sucede al contrario cuando el miedo se hace presente. En este caso, sentimos cómo nuestra parte del estómago se encoje un poco más.

Cuando se dice que el intestino es nuestro segundo cerebro es por un motivo muy claro. A parte de las sensaciones que acabamos de definir, también es porque existen células nerviosas en cantidades similares a las que tenemos en nuestro cerebro, cerebelo o médula espinal. Así que, se podría decir que estamos ante un sistema nervioso entérico que abarca desde la parte del esófago hasta el ano. Aunque sí es cierto que en este caso cuenta con dos funciones principales.

Además de ser quien controle todo el proceso de la digestión, también será quien ayude en la defensa del organismo. Para que esta parte del cuerpo cumpla siempre con sus grandes funciones, tenemos que cuidarlo de una manera especial. Una buena dieta y respiraciones correctas o masajes y estiramientos son algunas de las otras opciones con las que podremos completarlo. Como todo va en unión, un buen cuidado del intestino nos dejará una buena salud emocional.