Tracción trasera

Eterna pregunta entre los aficionados al motor, pero con difícil respuesta. Esta dependerá, por encima de otras razones, de lo que la marca esté acostumbrada a montar en sus modelos.

Pero desde el punto de vista técnico, hay que estudiar diferentes factores como el coste, planteamiento del modelo y carácter que se le quiere imprimir, o posibles condiciones adversas de la carretera. Y sobre este análisis, es sobre lo que hablaremos a continuación.


Empecemos por el tipo de tracción que nos encontramos en la mayoría de los modelos, la delantera. Su uso tan extendido tiene un sencillo motivo, su economía de fabricación.

Esta se debe a que no es necesario incluir elementos para llevar la tracción a las ruedas posteriores, reduciendo costes y peso. Estos elementos presentan además, el inconveniente de restar espacio interior al coche, tanto para pasajeros como en el maletero.

Esquema de un tracción delantera

Otro punto clave es su facilidad de conducción, especialmente en condiciones adversas. En situaciones en las que está presente grava o nieve, el eje delantero recibe el peso del motor y caja de cambios, con lo su elevado peso aumenta la motricidad siempre que se trate de arrancadas suaves.

Si la arrancada que tratamos de hacer es muy rápida, la carrocería del coche tiende a inclinarse hacia atrás, con lo que el peso también se desplaza, provocando que el eje delantero se aligere y produzca una considerable pérdida de tracción, sea cual sea la superficie.

Pero no todo van a ser ventajas en un tracción delantera. Su principal inconveniente es su acusado carácter subvirador. Sea bien por acelerar en exceso en curva, o por llegar muy rápido a esta, un tracción delantera siempre tenderá a seguir recto.

Esquema de un propulsión trasera

Por el contrario, los propulsión trasera presentan un acusado sobreviraje. La maniobra necesaria para corregir este efecto es más complicada que la del subviraje, de ahí que se diga que un modelo de trasera es más difícil de conducir.

Hoy en día todos los controles electrónicos de los que disponen los coches camuflan estas reacciones. De todos modos, quien busque un modelo deportivo, encontrará mucha mayor diversión en un modelo de propulsión trasera. Además esta configuración ofrece un mejor reparto de pesos, ya que ciertos elementos tienen que ser desplazados al eje posterior.

El motivo de esto es el mismo que el que argumenta BMW para seguir utilizando este tipo de tracción. Las ruedas delanteras no pueden recibir todo el trabajo de girar y traccionar, por lo que repartiendo este trabajo, se consigue una mayor maniobrabilidad.

Salida fuerte de propulsión trasera

Si antes decíamos que el peso del coche se desplaza hacia atrás en una fuerte arrancada, ahora este hecho aumentará el peso en las ruedas que traccionan, por lo que la adherencia en este caso será mayor.

De todo lo anterior, sacamos como conclusión que pese a que los tracción delantera serán más baratos y fáciles de controlar, los propulsión trasera ofrecen un mejor comportamiento en conducción deportiva y diversión, a costa de requerir mayores habilidades por parte del conductor.

¿Quién es la ganadora entonces de la comparativa? Depende de lo que tu busques como conductor.

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