Quien bien te quiere te hará llorar. Una frase de abuela pero que bien se puede aplicar a esta situación. Y es que en ocasiones, lo que más ansiamos, se puede convertir en una pesadilla. Cuando encontramos una WiFi abierta nos pensamos que hemos encontrado agua en el desierto. Pero no somos conscientes de que esto puede matar nuestro móvil o la tablet. Es como tener al enemigo dentro de casa. Y es que de los kackers no se libran ni las grandes empresas.

Conectarse a una WiFi abierta no siempre es seguro. Los piratas siempre están dispuestos a aprovechar nuestra debilidad para subirse al barco. Detrás de esta WiFi gratuita puede estar cualquier persona, incluso un ciberdelincuente. Al conectamos estamos accediendo a una red en la cual no tenemos el control de lo que se está trasmitiendo a través de ella, ni quien está conectado. Por eso tenemos que tener en cuenta los peligros que esto supone. Ante todo, hay que usar el sentido común.

1Peligro del WiFi abierto

Está claro que al estar el WiFi abierto cualquiera puede conectarse en cualquier momento. Puede ser un usuario como nosotros, que sólo quiera conectarse a Internet o un hacker. Y si es un pirata nos podemos preparar porque nuestros dispositivos estarán en mucho peligro. Es el momento de ponerse en guardia.

Hay gente que se conecta a estas redes WiFi para robar los datos de los usuarios conectados. Un riesgo muy real aunque pequeño, pero dado que el WPA y WPA2 fue hackeado y hasta que llegue el WPA 3 tenemos que ser cautelosos al conectarnos red WiFi pública. Existe herramientas como ‘honeypot’ para realizar robo de datos. El ladrón crea una red WiFi abierta con un nombre conocido para que nos conectemos a ella.

Atrás