Una ilusión óptica es cualquier ilusión del sentido de la visión que nos lleva a percibir la realidad de varias formas. Y es que a veces las cosas no son cómo parecen. Incluso nuestros propios ojos nos pueden mentir.

Existe la posibilidad de distorsión en lo relativo a la forma, el color, la dimensión y la perspectiva de lo observado. Algunas ilusiones ópticas no solo son juegos, sino que nos ayudan a entender cómo vemos y cómo reconstruimos el mundo.

Las ilusiones ópticas reflejan que nuestros ojos no son cámaras de vídeo que graban todo lo que ocurre. El importante es el cerebro que interpreta y reelabora la información que nos proporcionan nuestros sentidos.

Y a veces no es lo que parece. Aquí van una serie de ejemplos, muchos de ellos clásicos, que no podrás dejar de mirar y compartir en las redes sociales.

1La ilusión de Zöllner

En ocasiones bastan unas pocas líneas para confundirnos y hacernos creer lo que no es. Esta es una de las ilusiones ópticas más conocidas.

Fue descubierta por el astrofísico alemán Johann Karl Friedrich Zöllner en 1860. Y demuestra que no siempre lo que ven nuestros ojos es la realidad.

A pesar de que estas rectas son paralelas, parecen inclinarse por influencia de las líneas diagonales. Estamos ante  una ilusión óptica en la que las rectas paralelas parecen inclinarse hacia la derecha, hacia arriba o hacia abajo, por influjo de los segmentos oblicuos añadidos a estas. Cuidado no acabes mareado.

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