La palabra sexting es un acrónimo de sex (sexo) y texting (escribir mensajes) y es una tendencia que comenzó de forma espontánea entre los jóvenes y se ha extendido a todo tipo de edades. Consiste en enviar fotos, vídeos o mensajes de contenido sexual a través de las aplicaciones de las distintas mensajerías como Whatsapp o por correo electrónico.

Si bien es cierto que el sexting como tal debería ser algo consentido y placentero, por desgracia implica ciertos riesgos que habría que minimizar con ciertas precauciones. Las comentamos a continuación ¿te unes?

1La intimidad y la confianza

El sexting parte de la confianza ciega en la otra persona

El sexting parte de la premisa de la confianza en que los vídeos, o mensajes se van a quedar en el destinatario al que se lo remitimos. Es algo íntimo entre nosotros y otra persona en la que a priori confiamos.

Sin embargo, cada vez es más común que en las aplicaciones de citas o contactos, las personas intercambien mensajes o vídeos subidos de tono con personas a las que acaban de conocer en el mejor de los casos, y con alguien que nos engaña y dice ser quien no es, en el peor.

Los jóvenes son los más vulnerables en este sentido pues no le dan tanta importancia a la intimidad – en un primer momento – y porque no son capaces de asumir los riesgos que contraen con su conducta.

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