Durante el día de ayer hubo bastante movimiento en Chrysler. Primero fueron filtraciones sobre un modelo eléctrico y al final Chrysler anunció, oficialmente, nada menos que tres prototipos, así, de golpe. No obstante no os esperéis algo excéntrico o fuera de lo habitual, ni mucho menos. Casi todos estos prototipos tienen una imagen bastante «tradicional», de «coche de motor de combustión interna», por decirlo de alguna manera. Para ser prototipos eléctricos tienen cosas que no «cuadran»: por ejemplo, la nula o poca aerodinámica de algunos (el Jeep EV) o la agresiva silueta de otros (el Dodge EV) cuyo aspecto parece más el de esconder un V8 que un pack de baterías.
Todo esto hace pensar que Chrysler sigue considerando los modelos eléctricos como algo exótico, y que los presenta más que nada por la presión de las demás marcas, que sí tienen modelos eléctricos mucho más avanzados (no solo tecnológicamente, sino que también mucho más económicos aerodinámicamente), algunas incluso híbridos en pleno funcinamiento y comercialización mundial.
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Personalmente me extrañaba que una compañía tan cercana desde siempre al mundo del petróleo se interesase realmente por alternativas eléctricas de manera seria, y cuando han cogido un chasis del Lotus Europa y le han puesto un par de baterías para decir: «tenemos un auto eléctrico» mis mayores temores se confirmaron. Porque eso también puedo hacerlo yo.
Empezando precisamente por éste, diremos que es un prototipo cuyo motor ofrece 270 CV (200kW), alimentado por unas baterías de litio-ion. Su velocidad máxima es de 190 km/h y puede recargarse usando la toma eléctrica habitual, para lo cual habrá que esperar unas ocho horas, si queremos la carga completa. ¿Útil? Tras leer todos estos datos pensaréis que no, y es que, señores de Chrysler, estos «inventos» ya estaban como prototipos en los años 90 -con baterías de níquel, bien es cierto- no se para qué ahora nos sacan estas cosas.
El siguiente modelo presentado ayer es un crossover, que básicamente es una Voyager a la que le han vuelto a quitar el motor de gasolina y que lleva por nombre Chrysler EV. Lo mejor es su autonomía: 640 km, pero esto lo logra gracias al empleo de un motor de gasolina que mueve el generador eléctrico, en modo totalmente eléctrico recorre solo 64 kms. Chrysler afirma que han utilizado este prototipo para adquirir conocimientos para el futuro, a ver si es verdad. La única pena es que otros fabricantes -sin ir más lejos, GM- ya están trabajando en ése «futuro» en la actualidad, cuando Chrysler todavía anda con prototipos «ochenteros».
Y el último modelo ya es (permítaseme la expresión) tirar la casa por la ventana: a todo un Jeep Wrangler le han hecho otro tanto de lo mismo, y le han colocado un motor eléctrico de 270 CV capaz de moverlo en un rango de 65 km, el cual han combinado con uno de gasolina que aumenta su autonomía hasta los 640 km (curiosamente, lo mismo que el Chrysler EV)… En Chrysler han matizado que no saben si usar un motor eléctrico para todo el conjunto, o motores más pequeños en cada rueda, no obstante, el prototipo tiene la configuración del primer caso.
En resumen, novedades eléctricas que están muy bien (sobre todo de cara a la galería) pero que aportan poco, o muy poco, al consumidor final, porque dichos prototipos ya están muy superados tecnológicamente. Confiemos en que, al menos, les aporte a Chrysler la experiencia necesaria para producir algo verdaderamente útil y alejado del petróleo. Y con una aerodinámica eficiente, porque esas enormes rejillas para refrigerar los motores de gasoil no pegan nada con modelos eléctricos.
Alcance de la noticia: Estados Unidos
Referencias: Chrysler
