grava

Los principios de Xerojardineria provienen de principios de los años 80, época en la cual se buscaban alternativas frente a las graves sequias que aun repercutían desde la década anterior, por eso se impuso la necesidad de construir jardines de bajo consumo de agua, significando «xero» seco.

Se formularon conceptos de diseño y concepción en base al uso racional del agua de riego evitando en el proceso todo desperdicio de agua, teniendo además como objetivo no solo el ahorro de agua, sino además el sentido ecológico, reutilizando los productos fitosintacticos, pretendiendo un mantenimiento reducido, sin el uso de agregados químicos y evitando la intervención de maquinaria en jardinería, para ahorrar el gasto de combustible, energía, etc…

Es así entonces que la Xerojardineria propone la presencia de un jardín mantenido bajo criterios de uso eficiente del bien del agua, por lo que bien administrado consume solo una cuarta parte del riego que utiliza un jardín convencional.

Esta idea se viene aplicando desde entonces y es partir de los años 90 donde comienza a tener éxito en Europa, siendo altamente recomendable tanto en sitios donde el agua es escasa o de mala calidad.