Reciclaje de alimentos. El desperdicio de comida es un crimen ecológico. Lamentablemente vivimos  en un mundo muy mal organizado por nosotros mismos, y esto nos  está llevando al colapso.

La crisis que está sufriendo el primer mundo es el resultado de la forma de vida insostenible que se pretendía llevar. Ahora no se trata de cómo ganar más para poder seguir gastando, se trata de salir del consumismo, y gastar solamente lo necesario.

Que la tercera parte de la comida se tire a la basura en países como España, es un crimen. No sólo es un insulto a los millones de personas que se mueren de hambre, sino que también es un ataque directo a la ecología planetaria. Porque esas toneladas de alimentos  que no se consumen, han implicado un gasto de agua, combustible y contribuido a contaminar el suelo con productos químicos entre otras cosas.

Por eso es tan importante que aprendamos a comprar sólo las cantidades que vamos a consumir y a reciclar las sobras. La comida que queda de un día para el otro , de ningún modo se pone mala contando con una nevera. Puede ser que no quieras repetir, pero puedes usar tu imaginación para preparar nuevos platos.

El arroz de ayer, puede usarse en tortillas de arroz, buñuelos, croquetas  o mezclarlo con verduras salteadas. También puede agregarse al caldo de verduras. Cuando preparas una fuente de ensalada, no le agregues condimentos a toda la preparación, es mejor que cada uno aliñe su porción, de esta manera no se estropearán los vegetales y se los podrá guardar en la nevera en un tupper para su buena conservación.

Cuando compres cantidades de pescado o carne que no puedas terminar de una vez, separa porciones y congélalas. Lo mismo con verduras como las acelgas o espinacas, si no las vas a usar, puedes hervirlas y guardarlas congeladas.  Con el pan duro harás un pan rallado de mejor calidad que cualquiera que encuentres en el mercado usando un simple rallador.

Si aprendes a no desperdiciar comida notarás un buen ahorro cada mes. Claro que con tus sobras no pudes alimentar a ningún niño, pero con lo que ahorras sí. Puedes juntar ese dinero y donarlo a alguna institución.

Si en tu barrio existe una huerta comunitaria, no dudes en juntar los restos orgánicos (no carnes) para la fabricación de compost, o puedes fabricarlo tú mismo. Si hay contenedor para basura orgánica en tu calle úsalo adecuadamente.

Si tienes la posibilidad de tener un par de gallinas, entonces no tendrás ningún problema, porque ellas todo lo transforman en huevos frescos. Puedes darles directamente todos los restos, les encantan, y a la vez  se encargarán de dejarte una tierra sumamente rica que te servirá como abono.Â