¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío? ¿Sueles ver el lado bueno de las cosas o siempre piensas que puede pasar cualquier cosa para estropearlas? En definitiva ¿eres positivo o negativo?

En realidad, casi todas las personas somos ambas cosas. Hay momentos de nuestras vidas, o circunstancias en las que somos más optimistas y en otras más pesimistas. Pero lo que nos define es a qué lado de esta escala nos acercamos más, si a lo positivo o a lo negativo.

Te mostramos las claves para que descubras cómo eres:

Los amigos

Las personas positivas tienen más facilidad para las relaciones sociales
Las personas positivas tienen más facilidad para las relaciones sociales

Pongamos que te llama por teléfono un amigo que hace bastante tiempo que no ves. Es un amigo del colegio, con el que siempre has tenido buena relación, pero ha ido pasando el tiempo y sin saber porqué os habéis distanciado. ¿Qué piensas?

Eres positivo si te alegras de la llamada porque tu también le echas de menos y te imaginas en una cafetería hablando de vuestras cosas y contándole cómo te ha ido la vida durante este tiempo alejados.

Eres negativo si piensas que quizás te llame porque necesite algo de ti. A lo mejor necesita el teléfono de alguien del colegio y cree que tu lo tienes. O a lo mejor quiere vanagloriarse de algo positivo que le ha pasado mientras que a ti la vida no te ha tratado bien.

El trabajo

Las personas negativas no creen que su potencial
Las personas negativas no creen que su potencial

Llevas tiempo cansado de tu trabajo. Es algo monótono, no te pagan bien, o el ambiente está enrarecido. O lo que es peor ¡Todas estas cosas a la vez!

Eres positivo si te pones activamente a buscar en los portales web o en el periódico un trabajo nuevo. Empiezas una búsqueda activa y no descansas hasta que no lo consigues. Además, te enfrentas a las entrevistas de trabajo con optimismo tratando de defender tu experiencia y tu formación y ocultando como puedes tus carencias laborales.

Eres negativo, si a pesar de estar mal en el trabajo no haces nada por cambiarlo. Piensas que total, todos los trabajos son así de malos y además ¿quien te dice que vas a encontrar otro puesto de trabajo con lo mal que está el mercado laboral? Te quedas calladito y vas a trabajar cada mañana con la misma desesperanza.

La suerte

El optimista cree en la suerte
El optimista cree en la suerte

En la vida no todas las cosas pasan como consecuencia de algo que hayamos hecho nosotros mismos. A veces, el factor suerte influye mucho.

Eres positivo si piensas que cuando una puerta se cierra otra se abre. No te resignas ante cualquier imprevisto ni piensas que te mereces lo malo que te pasa. Simplemente, persistes en las cosas que merecen la pena. Eso si, tratas de analizar las situaciones para mejorar las cosas que se pueden corregir.

Eres negativo si piensas que todo lo malo que te pasa es porque te lo mereces, o porque está escrito en tu destino como si fuese algo que no puedes evitar de ninguna manera. Esto te lleva a tirar la toalla antes de haber si quiera comenzado a luchar por las cosas.

La lucha

El negativo tira la toalla antes de luchar
El negativo tira la toalla antes de luchar

Hay dos opciones para encarar la vida: luchar por lo que queremos o simplemente pasar por la vida de puntillas, sin implicarnos ni luchar por nuestros sueños. Ambas opciones son válidas pero con frecuencia te llevan a destinos distintos.

Eres positivo si no te importa luchar con uñas y dientes por tus sueños. Si aunque te caigas, te levantas y vuelves a empezar. Eres positivo si te pones metas altas – que no inalcanzables – con una hoja de ruta clara por la que peleas cada mañana.

En cambio, eres negativo si no te interesan los retos porque además crees que no son para ti. Los sueños solo se cumplen para ciertas personas privilegiadas, enchufadas o con suerte en la vida. No es tu caso, así que sigues con tu vida sin imaginarte si quiera que hay una vida mejor. Estás convencido de que lo que ves es lo que hay.

El amor

El negativo está siempre esperando que lo engañen
El negativo está siempre esperando que lo engañen

Cuando nos enamoramos, todos nos hacemos muchas expectativas de lo que será la relación, hacia donde nos llevará y cómo será nuestra vida en común con esa persona.

Si eres positivo, te entregarás a la relación sin paracaídas, dando lo mejor de ti mismo y poniendo toda la carne en el asador. El amor es así, y quieres vivirlo así, de forma intensa y apasionada.

Si eres negativo irás con cautela, especialmente si has sufrido algún desengaño anterior. Sabes que el amor es una cosa bastante utópica, y esa persona que hoy te parece maravillosa en dos días dejará de serlo. Además, tampoco tienes claro que no vaya a dejarte a la primera de cambio, así que vives la relación con el freno de mano puesto.

El vaso medio lleno o medio vacío

Ante unas mismas circunstancias podemos ver distintas realidades
Ante unas mismas circunstancias podemos ver distintas realidades

La cosa está muy clara, hay realidades que no son empíricas, que no se puede decir cuál es la mejor ni cuál es la peor. La mayoría de las decisiones de la vida son así, si eliges un camino te llevará a un destino y si eliges otro a otro. Por eso, quizás deberíamos pensar que lo importante no es el destino sino el camino.

Las personas positivas ven siempre el vaso medio lleno. Piensan que lo mejor está por llegar, pero además disfrutan del camino. Es cierto que a veces pecan de demasiado optimismo lo que les lleva a fracasar más veces que las personas conservadoras. Pero en general tienen vidas más plenas, experiencias más ricas y son más felices en general.

Las personas negativas en cambio se pasan la vida esperando que algo malo les suceda en cualquier aspecto de la vida: económico, sentimental, en temas de salud. Tienen miedo a cada paso que dan y les cuesta mucho tomar decisiones porque siempre piensan que se van a equivocar. Apenas disfrutan de las experiencias pues están muy pendientes de las consecuencias.