Que los personajes que trabajan en televisión o en otros puestos públicos están expuestos al «escrutinio» de la audiencia es una realidad. Dura, pero realidad al fin y al cabo. Al igual que gozan de otro tipo de privilegios aparejados a la fama, el hecho de que los espectadores a veces se ceben con la imagen pública es un peaje que tienen que pagar. Y si no, que se lo pregunten a María Patiño. No es la primera vez que la presentadora tiene que «aguantar» comentarios despectivos sobre su imagen. En concreto lo hace a partir de sus peores fotografías, esas en las que le pillan a traición, y luego publican en las redes sociales o cualquier otro formato.

Sus inicios en la televisión regional

Una joven María Patiño aún sin operar
Una joven María Patiño aún sin operar

María Patiño nació en Ferrol pero se crió en Sevilla donde su padre estaba desplazado por motivos laborales.

Y es precisamente en Andalucía donde da sus primeros pasos en el mundo laboral tras terminar la carrera de periodismo.

Será en Canal Sur donde una jovencísima Patiño se ponga por primera vez delante de una cámara. Antes había trabajo para Giralda Televisión, Europa Press y Canal Sur Radio.

Salto a la televisión nacional

Sus primeras imágenes en televisión atienden a una imagen fresca y un look desenfadado
Sus primeras imágenes en televisión atienden a una imagen fresca y un look desenfadado

A partir del año 2002, María Patiño da el salto a la televisión nacional. Empieza en Sabor a verano, Abierto hasta el anochecer hasta que llega a Sabor a ti, donde estuvo tres años compartiendo plató con Ana Rosa Quintana.

Desde aquí daría el salto al desaparecido ¿Dónde estás corazón? Un programa de crónica social que marcó un antes y un después en la parrilla televisiva y donde María estuvo casi diez años.

Es en este programa donde vemos la evolución física de la presentadora que llega a la tele con una imagen fresca y natural y la va cambiando progresivamente por todas las intervenciones quirúrgicas que le cambian el rostro radicalmente.

Su obsesión por no envejecer

Una de sus obsesiones estéticas es parecer extremadamente bronceada
Una de sus obsesiones estéticas es parecer extremadamente bronceada

Aunque los primeros cambios que María hizo en su aspecto fueron muy sutiles (mechas, cambio de peinado, obsesión por el maquillaje y el moreno de la piel…) pronto comenzó a dar pasos más firmes.

Desde siempre ha dicho que no le gusta nada la idea de envejecer, así que no le ha quedado más remedio que poner freno a un proceso que es natural.

Una de las cosas más evidentes de María Patiño es su obsesión por lucir una piel bronceada, o mejor dicho excesivamente bronceada. Da igual la estación del año que sea, que la presentadora siempre tiene el mismo tono de piel. Un tono además, que nada tiene que ver con el suyo propio.

Sus problemas alimenticios

Es cierto que María Patiño ha consumido mucha «medicina estética» para conseguir la imagen actual, pero también es verdad que hace mucho deporte y trata de llevar a rajatabla una dieta saludable que le permite mantener los kilos a raya.

Atrás han quedado los problemas alimenticios que tuvo en el pasado y que llegó a confesar públicamente.

No obstante, quizás fruto del botox su imagen siempre parece bastante demacrada y sin frescura. Para muchos de sus seguidores, la famosa presentadora no es lo que era.

Las secuelas de sus operaciones de estética

Nuevamente vemos un rostro «enfermo» por las secuelas del abuso de la medicina estética

Como decimos, las operaciones de estética no son gratuitas, en el sentido de que tienen efectos secundarios como los que podemos observar en esta foto.

La toxina botulínica que se utiliza para comercializar el botox tiene efectos secundarios que se dan más o menos en algunos pacientes y más o menos en función de uso/abuso de esta sustancia.

Algunos de los efectos secundarios más comunes de las inyecciones de botox incluyen hinchazón en la zona de aplicación, o también la caída del párpado, ojos secos o al contrario excesivo lagrimeo.

Sus acaloradas discusiones televisivas

Los enfados de María Patiño son muy conocidos
Los enfados de María Patiño son muy conocidos

Otra de las cosas que menos gusta a los espectadores de María Patiño son sus ataques de ira en los platós de televisión.

Está bien que se meta en el papel y viva con intensidad las polémicas de las que participa, pero muchas veces se le ha ido de las manos. Su rostro rojo ardiente y con las venas del cuello marcadas, y los ojos que parece que se le van a salir de las cuencas, es una imagen muy desgradable para gran parte de la audiencia de Telecinco y los programas en los que habitualmente trabaja.

Si bien a la audiencia le gusta que María no es una persona equidistante, también prefieren que sus enfados no sean tan dramáticos.

La cara del diablo

Fotograma del corto La cara del diablo que cuenta con María Patiño entre su elenco de actores
Fotograma del corto La cara del diablo que cuenta con María Patiño entre su elenco de actores

Además de su trabajo como periodista, colaboradora y presentadora de televisión, María Patiño ha querido iniciar un acercamiento en el mundo de la interpretación.

En este sentido, María ha trabajado como actriz en un corto llamado La cara del diablo y también ha hecho un cameo en una de las películas de la saga Torrente, del director Santiago Segura.

También se interpretó a sí misma en una capítulo de la serie Aquí no hay quien viva.

Sus haters la llaman Elfo o Alien

La foto de la polémica con la que se han cebado los haters
La foto de la polémica con la que se han cebado los haters

En las últimas semanas, María Patiño ha sido víctima de una campaña de desprestigio y mofa iniciada en las redes sociales por un hater.

Al parecer, haciendo una captura de pantalla de uno de sus programas, comenzaron a hacer burlas y similitudes con su rostro, llamándola elfo o alien.

Si bien, muchos otros seguidores salieron en su apoyo, la mayoría de los followers opinan que su obsesión por la cirugía estética ha ido demasiado lejos y es cierto que su rostro es un tanto extraño en muchas ocasiones. De lo que no cabe ninguna duda es que en la cara de María Patiño no hay ni rastro de la María que fue en su juventud.