Hoy os vamos a contar la historia de Aaron y Rachel Halbert, una pareja que vive en Mississippi (Estados Unidos) y que son los orgullosos padres de cinco niños, incluyendo unos trillizos de color para sorpresa de todos.

Pero no, no se trata de que Rachel haya engañado a su marido, de que el médico se equivocara al hacer la inseminación o de que hayan salido a relucir unos genes africanos que ya prácticamente todo el mundo había olvidado en la familia. No, la historia es mucho mejor y seguro que te va a emocionar.

pareja blanca tiene trillizos de color

Aaron y Rachel querían formar una familia, pero estaban teniendo problemas para concebir y finalmente decidieron adoptar. Aaron vivió durante mucho tiempo en Honduras y estaba acostumbrado a rodearse de población de otras razas, por lo que no tenía problema en adoptar a niños que no fueran blancos. Aunque su mujer Rachel nunca había vivido fuera de Estados Unidos y había pasado su vida rodeada por personas de raza blanca, al final decidieron adoptar dos preciosos niños de color que llenaron de alegría sus vidas. Eligieron hacerlo así al ser conscientes de que los niños de raza negra tienen más dificultades para encontrar una familia que los adopte.

La experiencia de ser padres fue tan positiva que ambos quisieron repetir y no cejaron en su sueño de tener hijos biológicos.

Un tiempo después la pareja tuvo conocimiento de que existía el Centro Nacional de Donación de Embriones, una entidad cristiana que acepta embriones para tratamientos de fertilidad in vitro. Tanto Aaron como Rachel son muy devotos, pero al final decidieron que iban a probar con los métodos artificiales para intentar tener más hijos.

Dado que habían tenido tan buena experiencia con el niño y la niña de color que habían adoptado, la pareja decidió pedir a los médicos que utilizaran un embrión de raza negra, y así se hizo. La sorpresa vino unas semanas después, cuando Rachel descubrió que estaba embarazada, pero no de un niño ¡sino de trillizos!

Las tres niñas llegaron al mundo en perfectas condiciones y recibieron los nombres de Ryley, Anne Waverly y Whitley.

Ahora los Halbert forman una gran y bella familia junto a sus cinco hijos y se sienten tan agradecidos por lo que tienen que señalan que lo volverían a hacer.

Una curiosa historia que nos demuestra que si de verdad se quiere, se puede. Esta joven pareja han pasado de ser sólo dos a tener una familia numerosa a la que seguro que les esperan muchas cosas grandes en el futuro. Son, además, todo un ejemplo de integración en un país como Estados Unidos, en el que las personas de color todavía siguen estando muy discriminadas.