AĆŗn son muchas las personas que opinan que la agresividad en los canes es Ā«innataĀ». AĆŗn podemos oir expresiones del tipo Ā«de pronto un dĆ­a mi perro se volviĆ³ locoĀ», Ā«no reconocĆ­a a sus dueƱosĀ». Estas frases dejan en evidencia la creencia de que el hecho de que un perro de pronto se vuelva agresivo es algo fortuito.

Los estudios demuestran que esto no funciona asĆ­. La agresividad tiene una relaciĆ³n mĆ”s que importante con la educaciĆ³n y la socializaciĆ³n. Desgraciadamente hay personas que encuentran Ā«graciosoĀ» asustar a sus perros y ver la cara o la actitud que ponen en consecuencia a un estĆ­mulo que les provoca miedo.

La paradoja se produce cuando escuchamos Ā«El sabe que es para jugarĀ». Si el perro sabe que es para jugar Āæpor quĆ© se asusta? Si educamos a nuestro can con estĆ­mulos negativos como el miedo, la humillaciĆ³n o el castigo fĆ­sico por muy Ā«leveĀ» que sea, estamos generando en el una respuesta.

Nuestro amigo canino es fiel, pero no por bueno uno ha de ser tonto Āæno? ĀæAcaso no nos revelarĆ­amos nosotros tambiĆ©n frente al matrato?, Āæacaso no le plantarĆ­amos cara al miedo? Es importante conocer las bases del buen adiestramiento canino y dedicar esfuerzo y paciencia en educar a nuestro amigo para evitar que el dĆ­a de maƱana Ā«nuestro perro de pronto un dĆ­a se vuelva locoĀ«. Las bromas mĆ”s inofensivas en una mala educaciĆ³n pueden ser toda una propuesta ofensiva.