Pingüino emperador (Aptenodytes forsteri)

El pingüino empreador (Aptenodytes forsteri) es el más grande y pesado de todos los pingüinos del mundo. Estas bellísimas aves marinas son endémicas de la Antártida, y constituyen la única especie que no migra. Se caracterizan por ser grandes nadadoras, por su monogamia y por el peculiar viaje que realizan en busca de su lugar de cría.

La cabeza y las alas del pingüino emperador son negras; el abdomen, blanco; su pico es largo, puntiagudo y ligeramente curvo en su extremo; las patas son cortas y emplumadas hasta su mitad; y presenta tonos dorados a los lados del cuello. Pero, indudablemente, lo que siempre ha llamado la atención de entre todos sus rasgos físicos ha sido su colosal tamaño

Pingüino emperador, el más grande de todos

Hace tiempo que se ha desatado una gran polémica en cuanto a la estatura real del pingüino emperador. Se sabe positivamente que es el más alto de todos, pero ¿qué tan alto? La especie alcanza 1,20 m de estatura, pero se han encontrado ejemplares que llegan a medir hasta 1,70 m cerca de la Base Marambio (Antártida Argentina).

No obstante, se cree que la estimación de la estatura de estos pingüinos gigantes de 1,70 m parece deberse a un error de perspectiva, ya que se realizó desde el aire. No existen hasta el momento fuentes fiables para determinar o no de la existencia de ejemplares de semejante estatura, únicamente fotos tomadas desde un avión a unos 50 metros del suelo…

Para combatir el frío estos pingüinos forman agrupaciones compactas con un curioso relevo. Los que están más al exterior poco a poco van adentrándose al centro del grupo, donde el calor se conserva mejor, y al mismo tiempo los del interior pasan a los bordes de la agrupación, donde sirven de barrera contra el frío y el viento.

Pingüinos emperador con su cría

Los pingüinos emperador recorren 90 km tierra adentro (mejor dicho, «hielo adentro»…) hasta el lugar de cría, punto de encuentro de cientos de ellos. Siguen exactamente el mismo camino que sus antecesores para llegar hasta el territorio de reproducción. El viaje comienza en marzo o abril (fines de verano austral), con temperaturas de hasta 40 ºC bajo cero.

Una vez en el lugar de cría, buscan pareja (al igual que otras especies de pingüinos, son monógamos, para darle de esta manera una mayor seguridad a la progenie), realizando exhibiciones, levantando las alas o inclinándose. En mayo o junio (invierno austral) la hembra pondrá un huevo de aproximadamente 450 gramos.

Éste será el momento crucial en el que la hembra le pasará el huevo cuidadosamente con sus patas al macho; si el huevo tocara más que unos segundos el hielo, ello sería mortal para éste. Una vez que el macho tiene depositado el huevo en su pliegue de piel abdominal, la hembra iniciará otro largo viaje hacia el mar en busca de comida…