Gecko leopardo

El gecko leopardo (Eublepharis macularius) es un reptil muy famoso por ser uno de los lagartos más solicitados en las tiendas de mascotas debido a su bella coloración de tonos dorados, negros y blancos y por su facilidad para la cría y mantenimiento en cautiverio, ideal para ser dejado al cuidado de los niños.

El gecko leopardo es originario de las regiones semidesérticas de Oriente Medio, desde Irán hasta Pakistán. Su tamaño en la adultez alcanza unos 20-24 cm, siendo la cola de un tercio de su longitud total. Se caracteriza por poseer párpados completos, cuerpo robusto y alargado y extremidades finas terminadas en cuatro dedos.

Gecko leopardo joven

Si bien la mayoría de los geckos suelen ser agresivos y difícilmente establecen una buena relación con el hombre, los geckos leopardo, en cambio, presentan un comportamiento sumamente amigable y pueden ser fácilmente manipulados cuando ya son adultos. Además, su mordida es absolutamente inofensiva.

Durante sus primeros días de cautiverio deberás tenerle paciencia para facilitarle su adaptación a ti. Por ejemplo, deberás aproximarle tus manos cuando le des su comida, para que tu mascota se vaya acostumbrando a tus caricias y de a poco vaya aprendiendo a sentirse a gusto con tu proximidad.

Deberás alimentarlo casi exclusivamente con insectos como grillos, saltamontes, arañas, gusanos, coleópteros, etc., aunque también gusta de comer fruta madura, huevos o crías de roedores o pájaros. Antes de darle las presas tendrás que rebozarlas en un complejo que contenga vitaminas y calcio especial para reptiles.

Su terrario deberá ser más largo que alto, ya que los geckos leopardo no son escaladores. Para comenzar con uno o dos geckos juveniles será suficiente con un terrario de aproximadamente 1 m de largo por 50 cm de ancho y 50 cm de alto como medidas mínimas. Y, por supuesto, deberá contar con una muy buena ventilación.

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