Has cumplido un cuarto de siglo, y esto ya es otra etapa. Ya has acabado la carrera, las prácticas, y a lo mejor estás con el máster o trabajando. Sin quererlo, has entrado en una nueva etapa, y no te has dado cuenta. Pero un día parpadeas, y te das cuenta de que en realidad, ya no eras la misma persona que antes.

«No es malo», te dirás. Pensarás que esto es madurar. Pero es cuando piensas si de verdad estás consiguiendo lo que siempre has querido. Nosotros te vamos a dar algunas señales para que te des cuenta de que esto que te pasa, es normal cuando cumples ya los 25 años. Porque sí, todos hemos pasado por esta fase, y te agobiarás. Pero no estarás solo.

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Tendrás menos amigos

Es inevitable. Antes eras de tener dos o tres grupos de amigos. Tenías los amigos de la uni, los que te quedaban del instituto, y también has empezado a salir con los compañeros de trabajo. Así que tenías que invertir bien el tiempo para salir con todo el mundo. Pero esto hay ido cambiando.

Y de repente, te das cuenta de que no tienes plan para el fin de semana, y que tus amigos ya no están. Ojo, aunque a primera vista esto puede parecer malo, no lo es tanto, porque aunque tendrás menos amigos sí que serán mejores. Es decir, los que te quedan son amigos de calidad, y que han demostrado estar ahí hasta el final de los tiempos.