Fósil del mayor depredador del Cámbrico descubierto en el Sáhara.  Escondido bajo las arenas del Sáhara, investigadores han hallado ejemplares del que fuera el mayor depredador del periodo Cámbrico, el anomalocaris.

Los especímenes encontrados corresponden a uno de los animales más extraños  y de mayor tamaño de ese periodo. El anomalocaris fue encontrado por primera vez en el yacimiento de Burgess Shale (Canadá), pero los encontrados por los investigadores Peter van Roy y Derek Briggs, que estudian la fauna fósil de los yacimientos de Fezouata en Marruecos, se trata de especímenes de mayor tamaño y más recientes, según comentan en la publicación hecha en la revista Nature.

Los anomalocaris pertenecen a la familia de los artrópodos y por su aspecto recuerda al calamar. Los descubiertos en el Sáhara tienen entre 488 y 447 millones de años de antigüedad, lo que los aleja del periodo Cámbrico situándolos en el Ordovícico.

El reciente descubrimiento de estos fósiles ha permitido conocer mejor a los anomalocaris cuyo cuerpo es blando y de los que se creía en un principio que por sus apéndices eran gambas gigantes, además, se han descubierto rasgos morfológicos que podrían haber funcionado como agallas.

Van Roy nos comenta al respecto «los anomalocaris son los animales depredadores de mayor tamaño de aquella época, aunque luego surgieron otros mayores. Los ejemplares que describimos tienen más de un metro de longitud» y agrega “no fueron los primeros carnívoros, el comportamiento depredador surgió mucho antes, en animales mucho más pequeños, por ejemplo los trilobites, pero siempre en el medio marino antes que en el medio terrestre«.

Por su parte,  Derek Briggs  complementa:»estos predadores gigantes invertebrados se han convertido en un símbolo de las extrañas formas de los organismos que se apartaron pronto de los linajes de los animales marinos modernos y luego se extinguieron. Ahora sabemos que desaparecieron mucho después de lo que creíamos«.

Un descubrimiento de esta naturaleza es muy importante, ya que nos permite conocer de mejor manera las etapas evolutivas de la vida en el planeta. Hasta ahora la ciencia consideraba que el anomalocaris había desaparecido 30 millones de años antes de lo que ahora se conoce.

«El hallazgo es importante porque muestra que estos depredadores gigantes continuaron dominando la cadena alimentaria durante mucho más tiempo, así que siguieron teniendo un gran impacto en los ecosistemas de la época«, nos dice para terminar, Van Roy.