Como estrategia de marketing, en los anuncios siempre nos encontramos suculentos platos que nos hacen la boca agua. Frutas brillantes y jugosas, hamburguesas que sostienen fácilmente sus 5 pisos, o incluso un refresco que en algunas imágenes parece una obra de arte. ¿Cuántas veces, comiendo en un restaurante o incluso comprando en el supermercado, se te ha pasado por la cabeza: ‘¿Tengo que pagar por esto que ni si quiera se parece a la foto/ que venden?’

Todos hemos experimentado en algún momento esa decepción de ver en nuestro plato algo que no tiene nada que ver con lo que teníamos en mente y con lo que nos han vendido. No deja de ser una manera de vendernos el producto por los ojos, ya que para cuando nos lo pongan delante será demasiado tarde para dar marcha atrás. Aquí veremos 10 ejemplos de comidas que decididamente no son lo que pediste y algunas que ni si quiera se parecen.

Haburguesas

hamburguesa

Un pan hinchado y suculento con las pepitas colocadas casi estratégicamente. Lechuga fresca con un toque de salsa para darle textura y sabor. Tomates frescos que parecen sacados de la huerta y cortados el mismo día. Carne que te dicen que es 100% de vacuno, y para el toque final el queso derretido. Sabes que en el primer mordisco ya no habrá vuelta atrás porque la devorarás.

Pues bien, más lejos de la realidad, lo que nos encontramos es un pan recalentado que ni se sostiene solo. Una carne que apenas rellena el pan y con un aspecto cuestionable, y unos trozos de lechuga que han debido sobrar de la comida del hámster. El tomate ni tiene sabor y el queso se te pega en el paladar.