España es todo un reclamo turístico y casi todas las ciudades españolas que anualmente son agraciadas con un gran número de visitantes se sienten orgullosas de esta elección. Además, este año nuestro país está de enhorabuena dado que, según el World Economic Forum (Foro Económico Mundial), España se corona como el mejor país del planeta para hacer turismo en 2017. Entre las comunidades que lideran las preferencias de los viajeros, encontramos Barcelona, Madrid y las Islas Baleares.

No obstante, no todas las comunidades sienten que esta noticia sea una bendición para sus arcas, pues para algunas se está convirtiendo en todo un callejón sin salida del que no saben cómo escapar. Así, al menos, lo siente Barcelona que, desde hace años, asiste a una masificación turística sin parangón.

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Con ocasión de la Encuesta de Servicios Municipales realizada por el Ayuntamiento de Barcelona, los residentes aprovecharon para hacer partícipes a los políticos municipales de su malestar, pues por primera vez éstos situaron al turismo como el segundo principal problema de la ciudad, con permiso de la precariedad laboral y el desempleo, que lleva años adueñado del primer puesto.

El profesor Josep María Cervera, experto en estrategia internacional, define muy bien el sentir de la ciudadanía: ‘Estamos tematizando una serie de partes de la ciudad, y el ciudadano se siente como un figurante en un escenario por el que pasean los turistas’.

A su juicio, hay dos causas muy claras que explican este incremento exponencial en el número de turistas. Por un lado, la oferta y abaratamiento de los vuelos internacionales. Por otro, el deseo de la urbe de convertirse en uno de los principales puertos para cruceros.

El malestar de la ciudadanía se evidencia hasta en las pintadas de la ciudad. La más reciente la podíamos encontrar en el concurrido Parc Güell —aunque, por supuesto, los operarios municipales son rápidos borrándolas—, donde se criticaba al turista en inglés (para que ellos también lo entiendan). No en vano, la nacionalidad británica es la más numerosa tanto en el Parc Güell como en las Ramblas y el barrio gótico, entre otros puntos.

En concreto, se estima que el 41 % de los viajeros que escoge la capital catalana procede del Reino Unido, mientras que los segundos serían los españoles con un 27 %. Por su parte, los franceses, se colocarían en tercera posición con un 24 %.

Debemos tener presente que Barcelona recibe la visita anual de unos 34 millones de personas y muchas de éstas se decantan por los mismos meses —los de primavera y verano, principalmente— para conocer la ciudad. Tal circunstancia hace que confluyan numerosos turistas durante la misma época, lo que está colmando la paciencia del ciudadano.