cristobal-toral.jpgSe lo considera uno de los grandes referentes del realismo mágico español del siglo XX. Es uno de los pocos pintores que ha entendido la vanguardia a su manera. Y por eso, además, es reconocido como uno de los artistas españoles más singulares y de mayor responsabilidad.

Nació en el año 1940 en Torre Alhaquime, Cádiz, España; pero su infancia y adolescencia la vivió en Antequera, Málaga. En esta ciudad inició, en 1958, sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios. Entre 1959 y 1961 permaneció en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla; luego ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, hasta 1964.

Desde 1967 se dedicó por completo a la pintura. Entre 1968 y 1969 se ganó la Beca Fundación Juan March para estudiar en España y más tarde en Nueva York. En esta última ciudad se acercó al Realismo y Nuevo Realismo.

A lo largo de su carrera realizó importantes exposiciones individuales en Madrid, Nueva York y París; en donde se hizo famoso por sus cuadros realistas. Por la calidad de su obra pictórica recibió un amplio reconocimiento: obtuvo un premio en las exposiciones nacionales de Bellas Artes de los años 1964 y 1965, y en la bienal de Fiorino de 1977.

Además recibió algunas distinciones, como: Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la Ciudad de Antequera, Medalla de Oro de Andalucía y, entre otros, Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.

Su obra, que mezcla una figuración realista con imágenes oníricas, habla de viajes y trayectos, reales o imaginativos, porque según él «nunca como en el siglo que vivimos se ha viajado tanto y se ha visto tanto equipaje». Además en toda su trayectoria el pintor se manifestó a través de diferentes actividades, como: óleos, dibujos, acuarelas y esculturas. En ellas trabajó sus temas predilectos, como el desnudo de la mujer, los bodegones y las maletas.

Entre sus obras se destacan: «Interior en Penumbra», «Embalajes homenaje a Picasso», «Manzanas en blanco», «Manzanas en azul», «La nueva inquilina», «Muebles y maletas», «La noche», «Paisaje al atardecer», «La llegada», «Equipajes», «Maletas», «Paraguayas», entre mucha otras.

El artista siempre se mostró reticente a tener que pintar al estilo internacional, tomando referentes de las grandes ciudades como Londres o París, porque el resultado de esto «es una pintura muy similar».

Para él lo importante es que se refleje la personalidad del artista en su obra, y continúa, «nos preocupamos demasiado por imitar las tendencias que triunfan en el extranjero, en las grandes capitales del mundo, cuando lo interesante es inspirarse en la realidad que nos rodea, la vida, y todo este misterio». Por esta razón él logró sobresalir y hacer una pintura que muy poco tiene que ver con otras obras pictóricas.

Por último, este gran artista cuenta todo su largo recorrido profesional y personal que lo llevó a ser quien es en una autobiografía titulada «La vida en una maleta» -publicada por la editorial Temas de Hoy-, con prólogo de Mario Vargas Llosa.

El primero se llama «Mujer duchándose» (1999) y el otro «Pasillo con equipaje» (1981).

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