Nuevos hallazgos del delfín rosado. También conocido como delfín del amazonas, bufeo, tonina y boto. Este delfín habita en ríos y lagunas del río Amazonas y el río Orinoco. Estos animales son casi mitológicos, y cada vez ganan mayor popularidad y atención a través de las fotografías y videos subacuáticos que circulan por internet.

América del Sur tiene tres de las cinco especies conocidas de delfines de agua dulce. Las otras dos habitan en el río Ganges, en Italia, y en el Indus, en Pakistán. Las especies amazónicas son el boyo o bufeo (Inia geoffrensis) y el delfín gris (Sotalia fluvialis).

El primero, exótico y rosado, pesa 180 kilos y mide 2,8 metros de largo, es el más grande de los delfines de río. El segundo también es llamado tucuxi,  mide 1,5 metro solamente, y se lo puede definir como al versión pequeña del delfín mundialmente conocido como Flipper.

El delfín rosado se ha adaptado asombrosamente a su entorno, tiene un enorme bulto en la frente para conseguir una mejor ecolocalización entre las aguas turbias. La forma de este órgano esférico, llamado melón, puede alterarse por control muscular para enfocar mejor el haz de ultrasonido.

Sus ojos son diminutos, pero el sonar le da la capacidad de ubicar a su presa con exactitud matemática. El hocico, con cuatro filas de 22 a 35 dientes romos, se cierra sobre una víctima con la misma fuerza que la de un cocodrilo y es lo bastante largo para sacar crustáceos del barro o atrapar peces y tortugas entre ramas del río.

Resulta difícil observar el comportamiento del delfín rosado, porque casi siempre nada en las profundidades, a pesar de ello, se descubrió que los amazónicos son más tímidos y menos dados a los enfrentamientos que sus primos del Orinoco.