“Yo hago”, “yo pienso”, “yo siento”, “yo opino”, “yo, yo, yo”…Lo cierto es que detectar a un egocéntrico es bastante sencillo. Seguro que alguna vez te has topado con ese tipo de personas que se colocan siempre por encima de los demás. En su conversación la palabra “yo” sale a relucir una incontable cantidad de veces. Y es que mantener un ego saneado es muy importante, de vez en cuando todos tenemos que colocarnos como ejemplo de algo, pero hacerlo siempre por sistema es un verdadero problema. Los egocéntricos acaban cansándote porque en realidad solo se importan a sí mismos. Estos individuos parecen estar convencidos de que sus ideas, opiniones e intereses son superiores a los del resto de los mortales.

Dentro de las características que destacan en las personas egocéntricas se encuentran patrones de comportamiento como la ambición, el exhibicionismo o la arrogancia. Para los egocéntricos la opinión de los demás no tiene importancia, aunque paradójicamente necesitan su atención constante. El verdadero problema se encuentra en la incapacidad del egocéntrico para empatizar con los sentimientos y las necesidades de los demás.

1Tú también has sido egocéntrico

Cuando somos pequeños todos somos egocéntricos, para los bebés y los niños muy pequeños es natural considerar que sus necesidades tienen que ser satisfechas. Aún no tienen la capacidad de valerse por sí mismos y no han desarrollado la madurez que les permite pensar en las necesidades de los demás. Pero a medida que crecemos también se desarrolla nuestra capacidad cerebral y esta nos ayuda a pensar en el otro y a poder colocarnos en su lugar.

También en la adolescencia es normal tener desarrollado un carácter egocéntrico, los jóvenes se sienten especiales y creen que son el centro de todas las miradas. Por otro lado se consideran diferentes e incomprendidos por las personas adultas, creen que ellas nunca han tenido sus sentimientos y sus problemas.

Pero todo esto se debería superar en la edad adulta, cuando adquirimos la capacidad para entender y valorar que hay diferentes posturas ante la vida y también que existen distintos puntos de vista que pueden ser perfectamente válidos.

Sin embargo, hay personas que son incapaces de superar estas etapas y que convierten el egocentrismo en una forma de ser.

Atrás