El artista Miquel Barceló, nacido en Felanitx (Palma de Mallorca), se encuentra a los 50 años ante el gran reto de su carrera, pintar la cúpula de 1.500 metros cuadrados del palacio de las Naciones Unidas de Ginebra (que a partir de ahora se va a llamar de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones).

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(El artista pintando la cúpula de la ONU. Foto: AGUSTÍ TORRES-ONUART)

Según explica él mismo «será la pintura llevada a sus límites físicos»; y agrega que lo “acojona bastante» y que «es una obra apasionante aunque complicada. Me forzará a llevar al extremo mi modo de trabajar. Estoy acostumbrado».

También comenta que “en cada elemento habrá capas y colores sobrepuestos, como en una cebolla”, aunque no quiere hablar mucho de “cómo es y se gesta la obra porque trae mala suerte”.

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(Foto: AGUSTÍ TORRES-ONUART)

Para su gran obra, Barceló utiliza 30 toneladas de pintura y pigmentos, y dice «aún estamos experimentando con materiales. Hacemos pruebas y observamos muchos detalles. Casi todo está en ciernes».

El artista no está solo, tiene a su alrededor “una quincena” de colaboradores y especialistas franceses, suizos y españoles; y está bajo la tutela de Eudald Guillamet, experto restaurador que ya trabajó en la tumba de Ramsés VI y en la recuperación de pinturas rupestres.

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