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Mujer descalzándose, 1970

Cristino Mallo nació en Tuy (Pontevedra) en 1905. Vivió en diferentes lugares de España antes de asentarse en Madrid, donde desarrolló toda su carrera artística. Inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. En 1923 se matriculó en la de Bellas Artes de San Fernando, donde contó con maestros como Capuz y Mateo Inuria.

A partir de 1927 comenzó a frecuentar tertulias intelectuales, y tuvo contacto con los poetas de esta generación. En 1931 firmó el manifiesto de la AGAP (Agrupación Gremial de Artistas Plásticos). Dos años después ganó el Premio Nacional de Escultura con su obra Desnudo con pez. En 1935 se trasladó a Salamanca, para desempeñarse como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de aquella ciudad, donde se relacionó con escultores como Montagurt y Macías.

Una vez que finalizó la guerra civil (en la cual participó con la Alianza de Intelectuales Antifascistas y en la revista El Mono Azul) se asentó de forma definitiva en Madrid. Aquí realizó su primera gran exposición en 1947. Continuó dando clases en las Escuela de Artes y Oficios (1966-1972) y realizando trabajos como relieves para edificios o la fuente Los Delfines.

En la nacional de Bellas Artes de 1952 ganó la tercera medalla en dibujo; y dos años después consiguió la primera, en escultura. Por estos años su fama se acrecentó, y logró prestigio internacional al llegar su obra a Italia.

Este artista, “silencioso y parsimonioso”, fue elegido en 1973 miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero tuvo problemas para su recepción, por negarse a usar el frac que exige la ceremonia tradicional. En 1983 fue Medalla de Oro de las Bellas Artes.

La producción de Mallo está representada en casi todos los museos y son monumento público. En Galicia la adquirieron algunos particulares. Además, la obra de este artista influyó de forma considerable sobre otros.

Su escultura es “la alegría, la exultancia de vida, lo lúdico y lo tierno”. Vale destacar que su obra escultórica no tuvo demasiadas variaciones y que su producción agrupa series figurativas de caballos, niños, torsos, desnudos femeninos, maternidades, temas deportivos, tipos populares. Aunque de su obra destacan las series en bronce, en pequeño formato, de niños o de muchachas bailando o jugando, el artista utilizó varios materiales, como, yeso, cera, barro, alambre, papel, latón.

Sobresalen de su obra una serie de personajes del Madrid de la posguerra: el “Sereno”, la “Prendera”, “Serafín el buscapisos”, el “Afilador”, la “Castañera”, “Pensionista” o la “Ciega”. Otras obras suyas son: “Forma”, “Relieve marino” y “Homenaje a Einar Holböll”. Dentro de sus espléndidos desnudos femeninos están “Joven con pez” y “Muchacha caminando”, que merecieron premios nacionales en 1933 y 1954.

También contaba en su obra con varios óleos abstractos, aguadas y gouaches (realizados entre la década del 30 y del 80) que guardaba en su taller, y que fueron mostrados al público luego de su muerte.

La Fundación Eduardo Capa conserva y gestiona el más importante conjunto de su obra. Una parte proviene de lo que quedó en su taller a su muerte, y que la familia depositó en 1999 en esta Fundación, junto con sus herramientas, libros y documentos, más otras obras propiedad del artista.

Cristino Mallo ha sido fundamental en la plástica española, tanto como uno de los más importantes escultores de la renovación figurativa, así como uno de los que modernizaron la escultura nacional del momento, llegando a manejar conceptos vanguardistas. Murió en Madrid en 1989.