El cine documental (y sus creadores, muchas veces poco valorados), ha entregado al mundo decenas de películas de gran valor. Periódicamente queremos entregarles una pequeña reseña de algunos de esos grandes documentales. Comenzamos con: «Nanook, el esquimal» (Nanook of the north, 79 min., bn, 1922).

«Nanook, el esquimal» (1922), es quizás el primer documental de la historia (realmente durante años ha habido mucha polémica al respecto). Para filmarlo, el norteamericano Robert Flaherty (1884 – 1951) estuvo dos años y medio conviviendo con el pescador Allakariallak y su familia inuit (esquimal).

En el largometraje mudo (sí, mudo, así mismo) hay varios elementos «falseados»: el iglú estaba partido por la mitad, para poder filmar con facilidad; Nyla, la mujer de Nanook, no era realmente su esposa, sino que era la amante del cineasta; y además, nunca se pescó un pez: ya estaba muerto y fue introducido debajo del hielo para filmar su captura.

Según Flaherty, sus intenciones eran: «mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no sólo su cultura, sino también el pueblo mismo.»

Para cerrar esta primera entrega de los mejores documentales de todos los tiempos, les dejo un fragmento del antológico «Nanook, el esquimal» (1922):