La congestión nasal normalmente es un síntoma de algo más, que puede ser un resfriado, una gripe, una rinitis, o una alergia. Incluso en primavera, con la alergia al polen, puede aparecer. A pesar de que es un síntoma, y no una enfermedad, es algo molesto, pero podemos paliarlo con algunos remedios caseros.
Uno de los remedios que más suelen darnos las madres y las abuelas, es el de la cebolla. Solo tienes que picar una cebolla, y dejarla cortada durante la noche, en un cuenco, en tu habitación. Cuanto más cerca de ti, mejor. Te aseguramos que cuando despiertes, todo irá mejor.
Otro remedio es el de respirar el vaho, aunque no directamente. Lo que se suele hacer es hervir unas dos tazas de agua, y luego verterlas en un cuenco. A eso se le añaden una cucharadita de aceite de eucalipto. Con una toalla en la cabeza, respiras el vaho, como si estuvieras debajo de una tienda de campaña. Por supuesto, debes intentar respirarlo por la nariz, para que el calor puede desatascar esa congestión. Si no te funciona, puedes variar el aceite de eucalipto por orégano o algo similar.
Se dice que comer cosas picantes también ayuda. Hay quienes engullen directamente una cucharada de tabasco, o de pimienta de cayena, pero si no puedes, puedes acompañarlo de una comida. La sensación hará que enseguida te sientas mucho mejor.
Por supuesto, siempre tienes la opción de recurrir a las farmacias, que te recomendarán un ungüento tipo «Vicks vaporub», que aunque odiemos el olor, nos ayudará enormemente. Cuidado con las pastillas para la toso, que tienen mentol y eucalipto. En un principio funcionan, pero hay que tener en cuenta que también tienen azúcar, por lo que si eres diabético puede no ser un remedio ideal para ti. También debes evitar la leche, porque hace que produzcas más secreciones.
