Hay muchos mitos sobre tomar el sol, y sobre los protectores solares: ¿son totalmente seguros? ¿Lo sabemos todo acerca de ello? Pues de eso vamos a hablar aquí. Cuando llega el verano, lo primero que nos dicen en las noticias, es que debemos llevar siempre con nosotros crema de protección solar, con un factor que se adapte a nuestra piel.

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Y ahí encontramos el primer problema, y el primer mito: ¿es verdad que las pieles morenas no necesitan la crema? Es verdad que quienes tienen un tono de piel más oscuro, son menos sensibles al sol, pero eso no quiere decir que sean inmunes.  La única diferencia es que no hace falta un protector solar de factor alto, sino con uno bajo, ya sirve.

En cuanto al nivel de protección, no es necesario ir siempre con un factor 70. Solo las personas que son muy sensibles, necesitan un factor así. Y ni siquiera, porque está demostrado que es una cuestión de marketing, por que con un factor 30 ya sirve a cualquier persona, y para una persona sensible incluso con un factor 50 es suficiente. Un SPF 15 ya protege contra los rayos en un 93%, pero si quieres subirlo hasta el 97% de protección, te vale con un SPF 30. 

También se dice que la crema solar hace que no absorbamos la vitamina D que puede proporcionarnos el sol. Esto es cierto, pero con algunos matices, ya que la vitamina D que absorbemos del sol es necesaria, pero no hace falta estar mucho tiempo tomando el sol para ello. Con cinco minutos, ya nos valdría. Por eso, no hay que preocuparse pensando que la crema que nos hemos comprado parece que es yeso o escayola.

No basta aplicárselo una vez por la mañana, ya que es posible que sean tan fuertes los rayos, que a media mañana necesitemos de nuevo echarnos la crema. Para que sea más eficaz, lo mejor es echárnosla 15 o 20 minutos antes de salir de casa, para que pueda llegar a hacer efecto.