Sabemos que podemos bostezar de hambre, de sueño, de cansancio o de aburrimiento. Sin embargo, todavía hay muchas teorías que barajan el por qué de los bostezos: es decir, si tienen alguna utilidad para nuestro cuerpo, o si nos ayuda a algo, además de para indicar a los demás nuestro estado.
Todos bostezamos, y también algunos animales. De hecho, los fetos ya bostezan cuando cuentan con 11 semanas dentro del vientre de su madre. Entonces, esto hace pensar que es más que una reacción, sino que sirve para algo. Unos nuevos estudios indican que el bostezo tiene la función de mantener el cerebro fresco. Al parecer, el estudio dice que sirve como método termorregularizador, es decir, para mantener la temperatura de nuestro cuerpo, y que se hace en respuesta al cambio de temperatura, no solo de nuestro cuerpo, sino también de nuestro cerebro.
No podemos controlar los bostezos, es decir, que son involuntarios. Así, el estudio se hizo durante un largo período de tiempo, y se demostró que la gente bostezaba mucho más en invierno que en verano: un 45% frente a un 25% en verano. Esto ayudaría a reforzar esta teoría, ya que podemos considerar que estamos inhalando el aire frío, para ayudar a regular la temperatura de nuestro cuerpo.
Vamos, podríamos pensar que nuestro cerebro es como un ordenador, y para ayudar a tenerlo fresco, necesitamos un ventilador. Y en ese caso, son nuestros bostezos.
También se dice que los bostezos ayudan al cambio de estado, y por eso, nos estamos preparando para el sueño. Esto quiere decir que si bostezamos mucho, deberíamos dormir mejor. Pero claro, esto aún no está demostrado.
Hay muchas cosas que no sabemos del sueño: ni por qué ocurre, ni por qué se contagia. Se supone que es una reacción social, que implica empatía, y por eso mismo, casi todos los mamíferos son capaces de bostezar.
