El título, secuela de PayDay: The Heist, es un videojuego diseñado para ser jugado al instante. Es más, lo primero que se presenta en nuestras pantallas es «Crimenet», un sistema que concentra todas las misiones disponibles en el mismo. Su dificultad es creciente, desde secuestros o sencillos atracos a tiendas hasta el saqueo de la cámara acorazada de un importante banco.
Un aspecto de vital importancia son las cuatro profesiones que podemos elegir. El «enforcer» es ideal para las tareas que implican fuerza bruta: es capaz de llevar más equipo y tiene mayor potencia de fuego, así como mejor resistencia. Por su parte, «mastermind» resulta ideal para llevar a cabo tácticas estratégicas, ya que puede intimidar a civiles o manipular a la policía. Mientras, el «ghost» tiene un espíritu de infiltración al poder desactivar cámaras. Y, por último, el «technician» es el maestro de los gadgets.
Sin embargo, aún más importante es el sistema de personalización. Con cada misión completada, ganamos modificaciones de armas y otros accesorios que nos facultan para crear nuestros propios rifles de asalto, metralletas o francotiradores. La cantidad de configuraciones es enorme, siendo posible mejorar la puntería, daño y estabilidad de cada arma. Y para que resultemos únicos en las partidas on-line, decenas de miles de combinaciones de máscaras.
