Cuando llega esa época en la que cambiamos de zapatos, nos ponemos histéricas, porque parece que nuestro armario tiene el poder mágico de empequeñecer las cosas. No solo la ropa, sino también los zapatos. Por eso mismo, hoy vamos a enseñaros uno de los mejores trucos para que no te rocen los zapatos. Y no tienes que gastarte nada de dinero.

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Eso sí, tienes que hacer sitio en el congelador, porque vas a ocupar algo de espacio. El truco es bastante simple: se trata de llenar bolsas de agua, y después, ponerlas en los zapatos. Para que te sea más fácil, lo mejor que puedes hacer es coger esas bolsas de congelados, que se cierran de forma hermética, porque así te aseguras de que no pasará el agua. También puedes usar una bolsa normal, si no tienes de las herméticas, y hacer un buen nudo, pero comprueba antes que no haya ninguna fuga.

Luego debes poner las bolsas en el interior del zapato. El agua, al congelarse, aumentará de volumen, y dará de si los zapatos. Este truco es buenísimo para ensancharlos, sin tener la necesidad de sufrir mientras te rozan, te pones esas tiritas que te ponen nervioso, y demás.

Eso sí, tenemos que darte un par de trucos extra: cuando metas las bolsas de agua, mete a su vez los zapatos en una bolsa de plástico. Así, si son de piel, no se estropearán, y tampoco queremos que nuestros zapatos luego huelan a pescado o a guisantes congelados, ¿verdad?

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Si te convence, pero crees que da demasiado de sí, rebaja un poco el agua. El agua se adaptará a la forma de tu zapato, pero si ves que no funciona, en vez de meter solo agua, puedes intentarlo con papel de periódico mojado y encajado en el zapato, siempre dentro de la bolsa de agua. ¡Verás como así no vuelves a sufrir por los zapatos!