En ocasiones soltamos frases por la boca que no siempre tienen un resultado esperado. Hay que tener cuidado con lo que decimos y cómo lo decimos. Muchas palabras pueden dar lugar a errores y malas interpretaciones, así que, siempre tenemos que pensar un par de veces antes de hablar.

Sobre todo, cuando estamos en un trabajo y queremos mantenerlo. Así es que hoy te comentamos las 10 frases más comunes que se pueden decir pero que no debes hacerlo. De esta manera, podrás seguir trabajando en lo tuyo, evitando siempre las complicaciones. ¡No te las pierdas!.

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Siempre lo hemos hecho así

Cuando sucede algún tipo de problema y el estrés se apodera de nosotros, siempre podemos recurrir a una de las frases más comunes: «Siempre lo hemos hecho así». Es una de esas frases que, parece que no, pero lleva más implícito de lo que pensamos.

Ésta puede indicar que no quieres hacer frente a algunos cambios que pueden estar sucediendo en la empresa. Es más cómodo seguir como hasta ahora pero tienes que pensar que toa evolución puede ser positiva para ti y para tu entorno.

Así es que, para poder decir la misma frase, pero de una manera diferente te puedes quedar con: «Dime, ¿por qué es mejor de esa manera?. Es una forma de estar abierto a nuevas ideas y planes. Una forma de poder escuchar y de capacidad de respuesta.

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No es mi problema

Cuando estamos sometidos a mucha presión, es normal que frases como ésta salgan de nuestros labios. «No es mi problema», es una forma de decir que no te interesa nada más y que tienes bastante con lo tuyo. Sí, podría ser aceptable.

Aunque en un entorno de trabajo y sobre todo, cuando se trabaja en equipo, no sería la mejor frase. Es una forma de mostrar desinterés y desde luego, no dice la mejor parte de ti. Así que, tenemos que cambiarla por otra que sí demuestra más empatía.

Siempre hay que ser lo más amable posible. Más que nada porque no sabemos si también las otras personas están bajo el mismo estrés o necesitan algunas palabras de aliento. Así que, es mejor que termines la conversación con: «Es mejor que acudas a…».

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No puedo hacer nada

Aunque afortunadamente no todos los días son iguales, sí hemos presenciado esos momentos en los que nada sale bien. Parece que nos hemos levantado con el pie izquierdo y que hasta pensamos en tirar la toalla. Nos agobiamos más de la cuenta.

Pero no por ello, nos podemos permitir el lujo de expresarlo a los cuatro vientos. Tenemos que decirlo para nosotros mismos pero nunca hacia el exterior. «No puedo hacer nada», es una frase que conlleva connotaciones muy negativas. Hay que pensarlo un poco más.

Siempre podemos hacer algo más, aunque sea por diferentes vías. Lo que pasa es que necesitamos de nuestro tiempo. Así que, tómate unos segundos, respira profundo y ponte manos a la obra de nuevo. «Estoy estancado, ¿me ayudas a encontrar una salida?».

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Lo haré en un minuto

Una de las frases que siempre decimos, en nuestro día a día, es: «Lo haré en un minuto». Queda estupenda pero también sabemos que se trata de toda una frase hecha. En un minuto, cuando estamos ocupados no podremos realizar ninguna tarea.

Un tiempo mínimo que necesita de más proceso para ser llevada a cabo. Además, cuando estamos muy ocupados, sabemos que en ocasiones hasta se nos puede olvidar. Así que, lo que no vamos a cumplir, siempre es mejor no arriesgarse a decir.

Es una forma de contentar a los demás. Así que, para que realmente no se te olvide y puedas realizar lo acordado, siempre quedarás mejor con una frase como ésta: «Recuérdamelo en unos minutos, por favor». De este modo, sabemos que sí conseguiremos buen resultado.

No tiene sentido

Este tipo de frases pueden anular el trabajo de otros, así que tenemos que prestarles mucha atención. En un ambiente de trabajo siempre tenemos que intentar ser lo más amables posible. Si bien no todos los días los tenemos igual, hay que intentarlo.

Así que, cuando un proyecto o una idea no sale hacia delante no te dejes llevar por los impulsos. Evita frases como: «No tiene sentido». Todos nos podemos llevar a equivocar, pero si decimos ésto, es que quizás saquemos unas conclusiones precipitadas.

Lo mejor es preguntar a otras personas y de una manera muy amigable: «No estoy seguro, ¿por qué la ves como la mejor opción?. Es bueno escuchar las opiniones de los demás para poder llegar a un acuerdo. Te harán ver que no eres un egoísta.