Dicen que el yoga no es un deporte, pero es cierto que también dicen eso personas que no han practicado yoga nunca en su vida. Es más que unas cuantas posturas como el saludo al sol o el guerrero. Es también aprender a meditar, a relajarse y a manejar todos los músculos de tu cuerpo. Y claro está, esto genera beneficios. Aunque las personas que no lo vean digan que es sentarse sin hacer nada.

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Por eso, entre los beneficios más destacados del yoga está la relajación. Pero aprender a relajarse es difícil. Esto se consigue también, a través de aliviar la tensión existente en todo el cuerpo, a través de las distintas posturas que te enseña el monitor. Por eso, hay posturas para todos los niveles.

Otro beneficio es que pierdes peso. Respiras mucho mejor, y nuestro cuerpo se va preparando para algunos cambios. De hecho, hay muchas personas que dicen que tras sesiones de yoga, su cuerpo se vuelve más sensible a los alimentos que ingerimos, es decir, nos concienciamos mucho más con el tema de tener una alimentación mejor, y eso se traduce en una pérdida de peso.

Aunque se da por supuesto, practicar el yoga mejora la flexibilidad y la postura de una persona en el día a día, ya que corrige malos hábitos, y es posible encontrar en el yoga la solución para mentalizarse para sentarse durante varias horas o andar de una forma correcta, para que nuestra espalda no sufra demasiados daños.

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Además de ello, el yoga también puede ayudarnos con nuestras relaciones personales, ya que al tener tanta paz interior, preferimos pensar en los problemas ajenos que en los nuestros propios, haciendo que escuchemos mejor y que estemos más atentos a las palabras de los demás.

¿Te hacen falta muchos más motivos para comenzar a practicar este deporte?